Lo han vuelto a conseguir. Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez han logrado con “Arenas movedizas” una sensación de calidad que incluso supera a “Para no ver el final“. Carlos Raya permanece en la producción, por supuesto, dejando que el sonido respire sin ambages.
Vale, no hay tanto Soul como en la anterior entrega, pero ‘Cuando el camino duela‘ hace de puente entre ambos trabajos para equilibrar un concepto de sonido que ahora tiene más volumen que espacio, justo lo contrario que había en “Para no ver el final“. Igual hay canciones como ‘Sólo el viento’ o la propia canción que da título al álbum (‘Arenas movedizas‘) que se vuelven más introspectivas recordando pasajes de “Memorias de un espantapájaros“, pero hay que tener en cuenta que la puerta se abre al final, cuando ‘El Rock and Roll del siglo XXI‘ recubre de reminiscencias de himno una melodía entregada a los tiempos que corren.
Por otro lado, los textos hablan de espacios abiertos y de las carreteras en ‘Escucha mi voz‘ a modo de resurgimiento y toque de atención, pero no es más que un camino, un largo y estrecho camino por el que M Clan siguen siendo cruciales en la selección de un sonido puro con el añadido del piano y los metales para resumir en pocas palabras que “desde los pozos del alma siento que vuelvo a nacer“.
Posiblemente… están en el mejor momento.
Texto: Carlos H. Vázquez.