Supongo que no está bien comparar a un virtuoso de la música con un dibujo animado. Pero es que la original voz de M. Ward consigue meternos en un mundo de ficción que bien podría acompañar a una de las musicales novelas de Haruki Murakami.
Su objetivo también parece de ficción, porque con su último disco “Hold Time”, M.Ward quiere detener el tiempo, y para eso funde en su guitarra el rock de los 50, el pop de los 60 y el folk de los 70. Un reloj de arena mojada que deleitó en el que fue el único concierto de su gira 2009 en nuestro país.
La música, dice Ward, es como la fotografía, ayuda a la gente a capturar esos momentos especiales de la vida. Por eso muchos retienen en su memoria la instantánea de un concierto que hipnotizó al público con “Chinese Translation”, lo envenenó con “Poison Cup”, lo acunó con la eterna “Hold Time” y lo introdujo en la catarsis con su versión del “Roll over Beethoven” de Chuck Berry.
Tal vez fue su voz de mentira, o sus cinco dedos dominando las seis cuerdas que parecían otras tantas guitarras, o la elección de los temas, o la perfecta mezcla entre sus actuaciones en solitario y el triángulo de su banda, o su pasión al piano, o quizá fue una mezcla de todo lo que convirtió su concierto en una auténtica obra maestra, un cuadro contemplado por 800 ojos entre los que estaban los de un concentradísimo Enrique Bunbury o una encantada Cristina Rosenvinge.
Para que Matthew Stephen Ward llegara a ser M. Ward tuvo que pasar un ancho espacio y un largo tiempo, o no tan largo. Su padre siempre estaba escuchando gospel y country y fue el que introdujo en la música de Johny Cash, su madre escuchaba música clásica. De la mezcla musical salió M. Ward, con su primer disco “Transfiguration of Vincent” llamó la atención de Bright Eyes o Jenny Lewis y en 2006 su “Post War” le abrió las puertas de los late-nights y la admiración de Noel Gallagher o de Norah Jones, con quién también ha colaborado.
M. Ward es además el him de “She & Him”, la she es la actriz Zooey Deschanel, juntos crearon “Volume One”, una delicia musical que tal vez se repita en 2010 porque los dos tienen intenciones de volver a grabar juntos a finales de año.