¿Qué esperar de un nuevo disco de Madonna con dos singles perezosos? Pues si hablásemos de otra ‘diva’ del montón, sin duda lo peor. Hablando de la prostituta mayor del pop, algo como poco decente. A día de hoy no le exigimos un nuevo epítome del pop comercial, que genere tendencia, que se convierta en la ama del cotarro. No, lo que queremos, lo que quiere el panorama mainstream, es una Madonna divertida que nos haga disfrutar sobre la pista. Y MDMA cumple. Algunos lo llamarán conformismo, pero es que no está el horno para bollos, y la edad pesa (si me oyera decir esto ya me habría roto el cuello con sus musculados muslos).
Lo que no sabemos si estará relacionado con la edad o con el pesado de su manager (se deja aconsejar demasiado), es la escasa visión comercial a la hora de elegir los singles, por lo que normal que la gente tuviese las expectativas por los suelos. Y es de esperar que a nivel de ventas el disco suponga su mayor fracaso. Por suerte este desaguisado no se refleja en un álbum que en manos de otra sería un desastre, pero sabe más el diablo por viejo que por diablo. La experiencia es un grado, y el carácter controlador de la Ciccone nunca permitirá un Talk That Talk (es lo que tiene que Rihanna entre en el estudio, cante y se vaya de copas con la Perry).
Incluso los singles “Give me all your luvin'” y “Girl gone wild” ganan enteros en conjunto. Martin Solveig se ha ocupado de los temas más jocosos como el primer single o “Turn up the radio”, un “Hello 2.0” pero tan contagioso y buenrollista que al final conquista. No como “Superstar” (tema donde supuestamente canta Lourdes Maria… no sé sabe cuando) y “I don’t give an a”, junto a la omnipresente Nicki Minaj, que andan entre la flojera melódica y los trucos de producción más vistos que el tebeo.
Por otra parte encontramos la presencia de Benny Benassi, que aporta las bases más machaconas y las atmósferas sonoras más espesas, como en el segundo single, que es sin lugar a dudas el peor exponente de su trabajo. No como “I’m addicted”, con un aura electro pop y muy adictivo. Al final el mayor peso en tema de producción se lo lleva su antiguo amigo William Orbit, tanto en baladas (sencillas pero sentidas “Falling free” y “Masterpiece”), en terrenos dance (la aceptable “Some girls”) y el caos sonoro (las destacadas “Love spent” y “I’m a sinner”, ésta última una vuelta a sus orígenes). Luego tenemos ese bicho raro que es “Gang Bang”, esta vez producida junto a The Demolition Crew y con Mika participando en la composición, que nos devuelve a la Madonna más zorra, agresiva y experimental.
Con sus altibajos, al final MDNA es ampliamente disfrutable, y sin ser la panacea del pop, nos hará vivir buenos momentos tanto en la disco como en nuestro mp3.
VALORACIÓN: 6,75
Artista: Madonna
Álbum: MDNA
Discográfica: Interscope
País: USA
Año: 2012
Más información: web oficial, myspace
dyorch
Madonna — MDNA2 thoughts on “”
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Para disfrutar con 3 amigos del increíble despliegue visual y musical de esta polifacética artista.
gente envidiosa.si eres hombre solo te has cogido viejas feas y por eso tu ardor.si eres mujer tu eres una de esas feas envidiosas.que ni quien te haga caso.