Madroñorock ‘09 – 29/07/09 – Madroñera (Cáceres)

Estoy seguro de que gran parte de los presentes ha oído hablar del famoso festival Extremusika. Lo que pocos saben es que el origen de éste festival está en un pequeño pueblo de la provincia de Cáceres llamado Madroñera (con una gran tradición y afición rockera), y en concreto en un festival con más de 20 años de andadura. Hablo del Madroñorock, que éste año ha celebrado una nueva edición con tres grupos de primer nivel (y otros cinco grupos locales): Mamá Ladilla, Gatillazo y El Noi del Sucre.

La noche comenzó a eso de las 21:00 con la actuación de un grupo local, Desakatos, y otro grupo local, Konocimiento Maldito. Maldito el chascarrillo que contó el cantante del segundo grupo a eso de la mitad de su tiempo: “Konocimiento Maldito se escribe con K porque si no sería Zonocimiento Maldito“. Dejando aparte ese comentario ambas bandas se comportaron dignamente encima del escenario defendiendo sus respectivos estilos (bastante cercanos ambos al punk español que luego defendería el gran Evaristo). Digno de mencionar también fue el show de la bandera de España (con el toro de Osborne en medio y con la que se limpiaron el trasero haciendo también un calvo a la afición, siendo vitoreados por ello). Sin comentarios.

Acto seguido subió al escenario Suizidio, banda local con un cierto renombre en cuanto a su condición de novel, que interpretó casi impecablemente los temas de su maqueta. Maqueta que puede descargarse de su Web cuando quiera el espectador. Todo sea dicho; lo que puedas escuchar en tu ordenador/reproductor portátil/coche no tiene absolutamente nada que ver con lo que puedas ver en un concierto de éstos chavales.

Pasada una hora subió al escenario Bellota Negra. Fue la quinta ocasión en la que los ví en directo y sin duda no me decepcionaron. Se agradeció, eso sí, que no repitieran setlist, y que presentaran temas nuevos (que sin duda también suenan bastante bien, en la línea de la banda). Momentos míticos cuando tocaron “Sikario de Crisol” y cuando hicieron su particular cover del “Noches de Bohemia” de Navajita Plateá.

Acto seguido la más mítica de las bandas locales. Trikinosis Mental se hacen llamar. Se dice que los viejos rockeros nunca mueren (y pocas veces se retiran); y sin duda la actuación de ésta banda hace justicia al refrán. No por lo viejos que fueran los intérpretes (que de viejos tenían más bien poco), sino por el estilo de música y la manera de comportarse encima del escenario.

Tras una pausa algo más larga de lo habitual (algo también comprensible viendo que tenían que cambiar más instrumentos de los que intercambiaron el resto de grupos) subió la primera de las bandas con un cierto renombre a nivel nacional. El Noi del Sucre. Nombre que hace referencia al famoso anarcosindicalista Salvador Seguí, y banda estrenada el pasado Extremúsika (con polémica incluída por quemar la fotografía de cierto monarca español). Seguramente algunos no conozan el nombre de El Noi del Sucre… Pues bien, yo le diré que es básicamente Los Muertos de Cristo. Es más, la banda de El Noi ha acompañado a Los Muertos de Cristo durante mucho tiempo. Los temas que tocaron son clásicos del repertorio de la banda, conocidos por todos los asistentes al concierto. Tengo que decir que fue aquí cuando el público comenzó a moverse y cuando empezaron los pogos ‘contundentes’, si bien Lorenzo tuvo que pedir un poco de cordura porque algunos ‘bailarines’, dentro de la euforia comprensible, estropearon un poco el equipo de sonido (creo que volcaron unos baúles encima de una de las mesas de mezcla). “Porque somos gente cívica”, dijo. Grande Lorenzo en esa ocasión. Al igual que grandes Lorenzo y su hija cuando subieron a cantar “Para Elisa“. Lorenzo es todo un showman y tuvo oportunidad de demostrarlo encima del escenario.

Pausa larga al terminar el concierto, de nuevo, y subida del mítico entre los míticos. Evaristo. El Evaristo de La Polla Records (y The Kagas y The Meas como proyectos transitorios, hasta llegar a lo que es hoy). Gatillazo subió al escenario para dar un concierto extremadamente largo. No sé si fue más largo en el tiempo que el resto de los que estuvieron allí, sinceramente; pero tocaron muchas más canciones que los demás. No paraban entre ellas. Tengo que decir que algunos de los gestos que hizo en el escenario me parecieron repulsivos; aunque dejando eso aparte tuvo una actuación correcta y con mucho feeling con el público. Muchos asistieron al festival realmente únicamente por ver actuar a ésta banda.

Se sobrepasaban ya las 5 de la madrugada. No quedaba esa bebida del toro rojo en la barra y nada parecía que fuera a reponerse. Pero no hacía falta, puesto que los incombustibles Mamá Ladilla (encabezados por un Juan Abarca pletórico) subieron al escenario. Tras el cambio de bajista que sufrieron hace algún tiempo ya y con un nuevo intérprete de la guitarra de cuatro cuerdas mal llamada bajo (intérprete que se defendía a las mil maravillas, demostrando que dominaba todas las técnicas habidas y por haber) tocaron los temas más interesantes, llamativos y sabidos de la banda. ¿Cómo olvidar aquel “Obcequeitor“, aquel “Cosas que Joden“, aquel “Cunnilingus post Mortem“? ¿Y aquel “Me la pela“? ¿Y el cierre triunfal (ese bis de 20 horas que prometieron) con su clásico “Chanquete ha muerto“? Sin duda su concierto fue el más movido de la noche (y uno de los más espaciosos, dado que aunque todavía quedaba mucha gente allí la mayoría se fue al terminar de tocar la banda de Evaristo). Ah, Juan me contó algo que no sé si debería considerar “exclusiva”: Mamá Ladilla planea lanzar disco nuevo a finales de año o principios del que viene.

En definitiva. Una noche que fue realmente larga pero que no me aburrió en absoluto, con un precio comedido (12 euros en taquilla, o 10 si se compraba la entrada por anticipado) y un éxito dentro de lo esperado (estando en tiempos de crisis y siendo un festival que se celebra en una localidad de 3000 habitantes, es llamativo ver como acude gente de todos los pueblos de alrededor… y no tan cercanos).