Este álbum apareció a finales del año pasado y, ante el aluvión de novedades que salen en esas fechas, se nos pasó por alto. Aún no hace ni un año que salió al mercado y este es un buen momento para dedicarle unas líneas. Marc Ribot es uno de los músicos más interesantes de las últimas décadas. Sus manos han dado lugar a los sonidos más personales de algunos de los discos más inspirados de gente como Tom Waits (Frank Wild Years, Mule Variations o Real Gone, entre otros), John Zorn, Robert Plant & Alison Krauss, Allen Toussaint, Caetano Veloso, Joe Henry o Elvis Costello, por citar tan sólo unos pocos. Y es que este tipo de “la ciudad de los ladrillos” ha tenido tiempo para meterse en cualquier proyecto, ya fuera de folk, jazz o música cubana.
Su discografía en solitario tampoco tiene desperdicio. Desde el ecléctico Requiem For What’s His Name hasta el magnífico Party Intellectuals su trabajo siempre aporta algo nuevo, ya sea através de su peculiar visión de diversos géneros o mediante la revisión de otros. Así, llegamos a este Silent Movies, un álbum de bandas sonoras para cine mudo. Algunas son para películas clásicas de cine mudo que compuso por gusto y otras son para películas en las que realmente trabajó. Su origen está en parte en su experiencia como intérprete en directo de la música de la película de Charlie Chaplin “The Kid” en el Merkin Concert Hall en enero de 2010 como parte del Festival de Guitarra de Nueva York. Aunque Ribot no ha sido el primero. Antes de él, Dave Douglas y Bill Frisell ya habían trabajado en una idea similar, por poner sólo un par de ejemplos.
El cine como eje central se palpa hasta en la propia estructura del disco, como cuando Variation 1 da paso a la bucólica Delancey Waltz suavemente, entrando sin prisa en el siguiente espacio. Flicker es otra de esas muestras que Ribot nos da a menudo de un uso inteligente de la mano derecha, sin artificios ni efectos desalmados. Y es que todo el disco está desprovisto de adornos y florituras, excepto en contadas ocasiones como en el efecto radiofónico en la bellísima Radio o en los overdubs al comienzo de Postcard from N.Y. y Requiem for a Revolution. Sin embargo, todas las canciones se grabaron en una sola toma. Por eso quizá Silent Movies suena seco, sencillo y hogareño, con un cierto aire a aquellas primeras grabaciones de Windham Hill. Empty vuelve si no a la idea, al menos sí al ambiente de la inicial Variation 1. Pero también hay hueco para esos sonidos llenos de lodo y barro que tan bien maneja Ribot: Fat Man Blues incorpora algo de ritmo sin alejarse demasiado del concepto general del álbum. Pero es en el último tramo donde este trabajo alcanza los momentos más emotivos, con Bateau, la magnífica y germen de todo esto The Kid y, para cerrar, la versión del tema de Hubert Giraud Sous Le Ciel de París, de la película francesa del mismo nombre, y que fue popularizada por Yves Montand y Edith Piaf.
Marc Ribot se adentra con este trabajo en ese espacio entre la imagen y el sonido a través de tranquilas melodías y juegos armónicos sin intención ninguna de despistar al personal habituado a otras facetas suyas. Este es el trabajo de un músico apasionado, que tiene algo de contar. Esa es la única motivación y se nota.
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Marc Ribot
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Texto: Juan Manuel Vilches
Marc Ribot — Silent Movies (2010)8 thoughts on “”