Tres minutos antes de las diez Marwan, el cantautor madrileño de origen palestino, se subía al escenario de una sala Galileo que para la ocasión completó su aforo. El apóstol por necesidad de Serrat y por convicción de Ismael Serrano nos regaló una primera interpretación en acústico antes de presentar a una banda de lujo con la que cantó “Adolescente“, “Cómo Decirte” y “Palabra Por Palabra“, esta última con tintes autobiográficos, – compuesta para el programa del mismo nombre emitido por la 2 de TVE — y todas ellas incluidas en su último disco titulado “Trapecista“, 2008. Se atrevió a interpretar un precioso tango costumbrista titulado “Tango A La Historia De Un Feriante“, al que siguió la coreada “Para Siempre“. Para la ocasión el escenario se vistió de gala al compartirlo con su amigo Rash en la canción “Qué Pasa” o al invitar a Miki Ramírez a sentirlo como suyo. Volvió al formato acústico con la canción “El Próximo Verano“, cantada en el disco a dueto con Ismael Serrano, “Fútbol“, una bonita canción que según el madrileño rememora su encuentro en un tren con el comentarista Manolo Lama, “Ángeles“, que compartió con los allí presentes al dejárnosla cantar o “Mi Columpio“, un precioso tema dedicado a su madre. Volvió al formato eléctrico con “El Chándal“, cuya preciosa letra se aproxima bastante a la poesía de Mario Benedetti, Gioconda Belli o José Hierro, seña de identidad de las letras de Marwan. Se despidió a ritmo de reggae con el tema “La Dictadura De La Primavera“, una bellísima canción con unos bellísimos cambios de ritmo. Pasados escasos dos minutos volvió al escenario, primero él solo para cantar “Mi Paracaídas” y luego acompañado de la banda, a la que nos presentó como Miki Ramírez a la guitarra eléctrica, Miguel Ferrero a la batería y Paul al bajo. Con ellos interpretó “Meninos Da Rua“, una canción de temática social cuyo clímax apoteósico puso punto y final a una actuación tan memorable como agradecida.
El estilo variopinto de Marwan se debate entre la balada con dejes de Ismael Serrano, la rumba callejera, el rock o el reggae en la línea bailona de Manu Chao o Macaco. Sus canciones invitan a enamorar y a enamorarse y se aliñan de historias que cuentan con el beneplácito de un público siempre entregado pero que pecan a veces de relleno nada justificado.
Los cada vez más seguidores y menos acompañantes de los seguidores de Marwan podremos volver a verle el próximo miércoles día 30 de septiembre en la sala Galileo Galilei. Seguro que ese día en el mundo real y no en el mundo al revés habrá Paz en Bagdad.