Los malos tiempos obligaron al orgulloso Mr. Dave a “doblar la rodilla” y a facturar composiciones accesibles a un público mayoritario. Todo seguidor de Megadeth sabe el resultado. El grupo estuvo a un paso del abismo, y aunque logró un relativo éxito comercial, perdió credibilidad ante sus fans de toda la vida, los que se engancharon de inmediato con aquel tremendo Killing Is My Business… And Business Is Good, que hasta se atrevía a hacer competencia a sus ex colegas de Metallica. Y qué decir de esa obra maestra llamada Peace Sells… But Who`s Buying?
Pero si hay un tipo duro en esto del metal, ese es Dave Mustaine. Después de un largo silencio en cuanto a grabaciones, pero salpicado de nuevos incidentes que siguieron afectando a la formación hasta el punto de abandonar el barco Dave Ellefson su inseparable escolta desde los inicios, el polémico guitarrista empezó a recuperar su instinto depredador con la edición de The System Has Failed (2004), un disco que ponía los cimientos para un nuevo resurgimiento, ratificado y mejorado en 2007 con la edición de United Abominations.
Sin duda alguna nos encontramos ante el disco más mordaz que ha salido del cerebro del pelirrojo músico desde hace años, superando los dos anteriores y pasando por encima de sus obras menores para situarse cerca (no al lado) de su mayores logros.
Endgame, tiene algunas sorpresas, una, la inclusión por primera vez (si la memoria no me falla) de un inicio con tema instrumental: “Dialecti Chaos”, todo un exquisito duelo de guitarras entre Mustaine y Chris Broderick. Sin apenas respiro, arremeten con “This Day We Fight”, que nos traslada a los tiempos del espectacular Rust In Peace con un recurrente riff de salvaje vitalidad combinado con intromisiones de incisivos y desequilibrantes solos. Nada más comenzar ya estamos impactados. Le sigue “44 Minutes”, menos acelerada, con tiempos marcados, un solo corto pero transgresor y otro más largo e imaginativo, con el bajo de James LoMenzo respirando en el fondo. “1,320”, es toda una regresión al Killing Is My Business… con las guitarras de nuevo diversificando arrolladoras irrupciones y obligando a Shawn Drover a esforzarse hasta el límite golpeando la batería como un poseso. “Bite The Hand”, es otro acelerón incontestable con las guitarras sacando chispas y un riff que marca un cambio de ritmo muy estimulante. En cambio, “Bodies Left Behind” tiene un toque orientado al sonido plasmado en los exitosos Countdown To Extintion y Youthanasia. Por su parte, en “Endgame”, destaca un riff principal que cabalga a lomos de complejos solos guitarreros, con un brillante giro de dinámica rítmica en el tramo final.
Otra de las novedades del disco la encontramos en “The Hardest Part Of Letting Go…Sealed With A Kiss”, título largo al estilo de sus comienzos, puntos suspensivos incluidos. Aquí, Mustaine pone una entonación distinta y canta con más sentimiento que nunca, además, se incluyen partes orquestadas encajadas en un desarrollo de guitarras bastante complejo, algo insólito en una grabación de Megadeth.
Tras algo de calma regresa la tempestad con “Head Crusher” y las guitarras desbocadas escupiendo electricidad con un frenético riff machacando las neuronas de forma persistente, volviendo a los tiempos del ya mencionado Rust In Peace, algo que también se adivina en “How The Story Ends”, de nuevo con la presencia de un riff demoledor.
Y como despedida, si alguien duda de la capacidad de Mustaine para reactualizar sus parámetros, solo tiene que escuchar “The Right To Go Insane”, donde una entrada de bajo dan paso a unos acordes que nos recuerdan a la nueva generación del metal actual envueltos en el esquema prototipo del sonido Megadeth, con un acelerón rítmico al final.
Una vez analizado Endgame, se pueden sacar algunas conclusiones además de las ya reseñadas. Es una vuelta a la virulencia, a los mejores momentos de sus diversas etapas. Su sonoridad está más cerca de la década de los 80, hasta llegar al reiterado Rust In Peace, no tanto de años posteriores, los exitosos primeros 90, aunque hay ciertos reflejos. La batería suena potente pero de una forma cruda, menos tecnificada. La conexión entre Mustaine y Broderick parece funcionar de maravilla (al menos de momento, con Dave nunca se sabe). Y eso se refleja durante todo el disco con un resultado final de lujo. Y, por último, no podemos olvidar la producción de Andy Sneap, quien parece haber encontrado el punto exacto para sacar todo el rendimiento posible a las composiciones, consiguiendo unas armonías limpias pero manteniendo su lado punzante y crujiente.
Mustaine ha vuelto revitalizado y enérgico, con ganas de mostrar que todavía tiene argumentos para reivindicar el nombre de Megadeth como una de las mejores bandas de la historia del metal.
CALIFICACION: 9
GRUPO: Megadeth
TITULO: Endgame
DISCOGRAFICA: Roadrunner
AÑO: 2009
PAIS: Estados Unidos
CRITICA REALIZADA POR LOCKY PEREZ
Megadeth: Endgame3 thoughts on “”