Nada que reprochar a la actuación que Metallica ofreció sobre el escenario Mundo en el Rock In Río de este año. Una esperadísima actuación que dio comienzo a las once y cuarto de la noche con la introducción de la película “El Bueno, El Feo Y El Malo” y que el grupo enlazó con el tema “Creeping Death“. Ya desde el principio se intuía lo que la banda nos iba a ofrecer: un sonido perfecto en un ambiente perfecto, con riffs incombustibles y melodías pegadizas interpretadas por unos músicos perfectos — un inmenso Robert Trujillo, un siempre atento James Hetfield, un virtuoso Kirk Hammett y un Lars Ulrich espectacular -. Siguieron descargando “For Whom The Bell Tolls“, “Through The Never” y “Fade To Black“, que sonó igual que en el disco “Ride The Lightning“, 1984, y que fue cantada por James desde el segundo piso del escenario. La guitarra sonaba limpia y las notas se te metían en el alma trasportadas por el aire. Impresionante la interpretación de “Welcome Home Sanitarium“, al igual que “One“, tema al que precedieron unos fuegos artificiales, o la preciosa “Master Of Puppets“. Antes sonaron “That Was Just Your Life“, y “The End Of The Line” dos ternas de su exitoso nuevo disco “Death Magnetic“, 2008.
Una preciosa introducción sirvió para presentar una potente “Fight Fire With Fire” antes de dar paso a la delicatessen del concierto: una sentida interpretación del clásico “Nothing Else Matters“, que estuvo precedida por un precioso solo de Kirk. Sentado en una banqueta no hizo falta que James invitara a la gente a cantar porque se invitó sola. ¡Preciosa! El público acabó de rendirse a la banda cuando sonaron las primeras notas de “Enter Sandman“, a la que también acompañaron fuegos de artificio y que el público cantó a rabiar. Lars abandonó la batería para saludar al público demostrando así su cercanía y preocupación por el respetable. Un concierto en el que brillaron con luz propia los temas más emblemáticos de la banda, conocedores sus miembros de que el público disfruta con ellos.
Maestros de maestros, Metallica demostró, en dos horas de concierto porqué es una banda mítica: por ser modelos de una música que se escribe con las letras de su nombre. Después de una hora y cuarenta y cinco minutos empezó el espectáculo de los bises con la preciosa “Phantom Lord” para terminar con una electrizante interpretación de “Seek And Destroy“, rematada con más fuegos de artificio.
Entrada, 69 euros; pastel de bayonesa, 3 euros; litro de cerveza, 8 euros; dos besos de una rubia impresionante del stand de Movistar; 0 euros. Ver a Metallica en directo no tiene precio.