Monkeypriest nace en Sevilla a finales de 2006, aunque no es hasta 2009 cuando graban su primer EP Defending The Tree. Ahora, dos años más tarde, llega su primer álbum y se nota que estos chicos tienes las cosas muy claras, porque a pesar de las evidentes mejoras a nivel compositivo y de sonido, esa búsqueda de lo primitivo que propugnaban en su primer EP sigue siendo la línea rectora de su trabajo. Riffs de una gravedad enorme, lentos, voces esporádicas y por supuesto guturales y quizá una distorsión más limpia y compacta de la que cabía esperar. Todo muy en la línea de bandas clásicas del género, como Down, Crowbar, Neurosis o Eyehategod. El álbum ha sido grabado y mezclado en los cada vez más solicitados Estudios La Mina por Raúl Pérez y el diseño ha sido realizado por el artista David Serrano. Un diseño por cierto espectacular, especialmente en vinilo, y que es otra muestra del entusiasmo y los recursos que ha invertido la banda en este trabajo.
Pues nada más empezar vemos que no parecen dispuestos a abandonar su imaginería simiesca, porque el primer corte se titula Hanuman’s Dance, que es el dios mono hindú. Un tema que gira una y otra vez en torno al mismo riff, una tónica que no va a ser tan habitual en este disco, una pizca más variado que su anterior trabajo. Así, The Word Of The Priest ya nos enseña una mayor variedad, tanto de ritmo como de riffs. The Psalm, que da nombre al album, se acerca incluso en su comienzo al doom inglés de primeros de los 90, aunque poco después vuelve a ese sonido más NOLA que les caracteriza. Involution tiene un fantástico comienzo casi limpio y con ese aire a ‘mantra’ que ya nos anticipaban los primeros segundos del disco. Feast Of The Fools es una versión de Cerebral Fix, incluída clásico Tower Of Spite. Pues bien, aquí Monkeypriest se ciñe a la original, pero aportando mayor gravedad a las guitarras —más cercanas al thrash en aquellos primeros 90- y con una voz también más cavernosa. Capharnaum, que por cierto era también el nombre de una banda de death de mediados de los 90, curiosamente acelera un poco con respecto a la tónica general y aporta el perfecto preludio para lo que va a ser el plato fuerte. Our Kingdom (Involution Pt. II) cuenta con la colaboración de Marco Serrato de Orthodox y aunque probablemente no sea tan decisiva esta contribución, lo cierto es que es uno de los mejores temas. Mucho más épico, poderoso y desgarrador que el resto del disco.
The Psalm supone así un pequeño salto para la banda, muy joven por cierto, que tiene ante sí un futuro prometedor. Se notan las ganas, la convicción y las horas que hay detrás de todo esto. Monkeypriest son una magnífica alternativa para quienes deseen apearse por un rato de la manida y repetitiva escena del rock nacional y empezar a descubrir lo que se está cociendo en estas tierras.
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Texto: Juan Manuel Vilches