Muse sigue imparable, su audiencia no ha parado de aumentar durante toda su trayectoria y en esta ocasión el reto consiste en encabezar conciertos en grandes estadios a lo largo del verano. Con el grueso del respetable bebiendo fuera del recinto o charlando de espaldas al escenario, las bandas teloneras ni llamaron la atención ni consiguieron distraernos de las bajas temperaturas reinantes en el Vicente Calderón. Si hace unos meses, en la gira por pabellones, actuaron The Horrors ahora fueron Editors, evidenciando el gusto de los componentes de Muse por bandas británicas de sonoridades ochenteras encajadas -en ocasiones muy forzadamente- en moldes actuales.
El ambiente se caldeó de verdad con la entrada del público restante y la cuidada selección de temas que sonaron como entretenimiento previo, Yeah Yeah Yeahs, Green Day o U2 con sus potentes singles para auditorios mainstream. El escenario impresionó gratamente, la banda no necesita estar dispersa para dar la sensación de grandiosidad y las múltiples pantallas fueron empleadas con originalidad e inteligencia, siempre sincronizadas con la música y sin los molestos delays de otros eventos. Tocar en un gran estadio es una gran responsabilidad, y así lo entienden estos ingleses con ideas frescas alejadas de los fuegos artificiales y las llamaradas gigantes del siglo pasado.
Una revolucionaria flashmob se manifestó con pancartas y banderas segundos antes del inicio con Uprising, y es que las temáticas distópicas aliñadas con metáforas astronómicas son las favoritas de Bellamy. Un cuarto miembro en los teclados compartió escenario y pantalla gigante con el resto, además de aportar las multiplicidades que se concede Matt en estudio y sin las que muchas canciones se quedarían cojas. El último disco se llevó una buena parte del setlist, pero son los grandes éxitos Plug in baby, New born, Time is running out o Feeling good los que arrancaron más gritos. Como única novedad, y compuesta para la banda sonora de la nueva entrega de Crepúsculo, interpretaron Neutron Star Collision (Love is forever), dedicada a la ex del cantante, apenas concitó apoyo, pero no duden que les ayudará a ganar adeptos hacia su objetivo de la dominación del rock mundial.
Texto: Pointer