A pesar de la voz susurrada de adolescente repelente, Napoleón Solo en la Ópera es un disco atrevido que mezcla manierismo sonoro y cajitas de música. Y a partir de aquí la explicación.
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La banda de Alonso Díaz, coquito del que salen letras y música, se ha ganado por derecho propio un hueco entre los afamados nombres del Pop granadino actual(aquellos grandes 091, o Lori Meyers, Lagartija Nick, Los Planetas…). Sus guitarras energéticas, la batería contundente (de Eric Jiménez, baterista de los dos últimos grupos mencionados) y esos ritmos que a ellos les han inspirado el título del disco, rodean una voz que a mi me resulta exageradamente impostada.
Letras luminosas como la de ‘El Intercambio’, ‘Hola, Qué tal’ o ‘En el Fondo de los Sueños’, hacen del disco la banda sonora de un día soleado. Las interpretadas por voces agudas, como la atrevida ‘Lolaila Carmona’ (que no llega a la desesperación gutural de Manos de Topo, pero igual de efectista) justifican la definición del álbum entre el existencialismo desencantado y los amores adolescentes.
Las 13 canciones elegidas vienen de un repertorio de 50. Canciones con muchas voces, instrumentos que sólo suenan cinco minutos en todo el disco y desaparecen, orquestas… de todo un poco y de lo poco un todo, un riesgo musical que lanza a los escenarios a Napoleón Solo en la Ópera.
Napoleón Solo — Napoleón Solo en la Ópera1 thought on “”
Se salen, es la banda sonora de este verano