Cuando José Monje Cruz “Camarón” dejó este mundo en 1992, el flamenco se quedó ciego pero no mudo. El olvido y el silencio no pudieron enterrarlo porque María Rosa García García, más conocida como Niña Pastori (www.myspace.com/laninapastori) le daría no solo voz sino eco, elevándolo a su expresión más evolutiva. Esta gaditana de San Fernando revolucionó el mundo del flamenco sacándolo definitivamente del destierro de la élite y las minorías al impregnarlo de populismo y cercanía.
Desde jovencita hereda el arte de su madre, referencia artística de la cantaora, y con 17 años y apadrinada por Alejandro Sanz y Paco Ortega publica “Entre Dos Puertos“, 1995, al que darían continuidad “Eres Luz“, 1998, “Cañaílla“, 2000, “María“, 2002, “No Hay Quinto Malo“, 2004, “Joyas Prestadas” 2006, disco de versiones, “Joyas Propias“, 2007 y “Esperando Verte“, 2009, última victoria de la culminación del flamenco pop, batalla que empezó a gestarse con la canción “Tú Me Camelas” y cuyo éxito no tuvo precedentes. En sus 12 años de carrera todos los álbumes de la gaditana han sido discos de Oro o discos de Platino, colocando a la artista en lo más alto del panorama musical hispano, referente obligado para los que gustan de fusionar el flamenco con el pop. Ni siquiera la prensa rosa, – la Niña pasa a ser “habitual” del papel cuché debido a su matrimonio con Julio Jiménez Borja “Chaboli” y al nacimiento de su primera hija -, eclipsan su “duende” y su talento.
“Esperando Verte“, título con el que homenajea a su hija Pastora, gestada y nacida durante su grabación, es su disco con más vena flamenca — en él se dan cita alegrías, mineras, soleá, tangos, bulerías, fandangos, -. El binomio “Chaboli”-Pastori traspasa la frontera de lo sentimental y unen su arte para componer y producir los 11 temas del disco, en los que colaboran a las guitarras Diego del Morao (“Lo Fácil Yo No Lo Quiero“), Vicente Amigo (“Vagabundo“) y el ex Ketama José Miguel Carmona.
“Capricho De Mujer“, primer single, es la rumba-tanguera que abre el disco. Una canción llena de “duende”, en la línea que caracteriza a la de San Fernando. La letra es preciosa y podría definirse como poesía popular. Es este un disco de temática variada, predominan los cortes donde el amor, correspondido a veces y otras no, es protagonista, – la bulería “Pintaré De Azul“, en la que destaca la voz jonda de la Niña acompañada tan solo de palmas, guitarra y cajón, los tangos titulados “Me He Vuelto A Levantar” o “La Fuerza Que Me Guía” -, aunque también hay temas con tintes regionalistas “Viento En La Tierra Mía” e incluso autobiográficos, “Esperando Verte“, dedicado a su hija Pastora, con un sentimiento que en futuros trabajos será muy difícil de superar. El alma de su ídolo Camarón se hace cuerpo en los cortes “Amores Y Besos“, “Vagabundo” o “Lo Fácil Yo No Lo Quiero“, una soleá donde la voz de la Niña es el aliento del de la Isla. La vuelta a la alegría viene de la mano de “Somos Marineros“, con arreglos orquestales clásicos que tiñen la canción de elegancia y poderío. Los coros, presentes en casi todos los cortes del disco, no hacen sino realzar la dulzura de la voz de la cantaora, una voz que consigue acariciar las canciones. Cierra el disco “Dentro De Mi Corazón“, un tema al estilo rumba-pop propio de Los Chichos o Los Chunguitos, con un estribillo pegadizo y que nos hace cómplices del espíritu bohemio de la raza calé.
El 15 de Mayo la Niña tocará temas de “Esperando Verte” en el Concierto Aniversario de Radiolé. El flamenco es de todos y para todos cuando ella lo canta. ¡Que Dios te bendiga, Niña!
Texto: AMADO STORNI