El reloj no había alcanzado las diez de la noche cuando la música que precede a la salida a escenario de Niños Mutantes comenzó a sonar. Al instante ya estaban los granadinos sobre él y Juan Alberto Martínez, vocalista de la banda, saludó con un bona nit al público asistente. Poco más de media entrada en una noche perjudicada por la lluvia para contemplar a una de las grandes bandas estatales del panorama pop independiente del siglo XXI.
El inicio del concierto tuvo recadito verbal por parte del propio Juan Alberto, algo habitual en sus directos y que tampoco obvió en de la sala [2] de Apolo. ‘Ésta es una canción que habla de mandar a tomar por culo a tu jefe‘ anunció antes de que comenzara a sonar “La puerta“, canción perteneciente al disco que habían venido a presentar: Náufragos. Que la acústica de la hermana pequeña de la Apolo es bastante deficiente es algo que el público de Barcelona ya conoce, pero siempre resulta un tema incómodo para los artistas que se plantan frente a él y esperan conectar lo antes posible con el respetable. Aun así, y a pesar de la lidia constante que mantendría la banda con el técnico de sonido durante el primer cuarto de concierto, consiguió conectar de inmediato. Y eso que los volúmenes de teclado y batería ocultaban al de la voz.
No fue hasta el cuarto tema, “Las noches de insomnio” cuando los niveles pudieron regularse de manera aceptable. A partir de ese momento la voz de Juan Alberto pareció reclamar su justo lugar. El directo se encarriló entonces hacia un compendio de éxitos que la formación alternaba con otros pertenecientes a su séptimo álbum de estudio. “Mi mala memoria“, “El sonido de mi corazón“, “Caerán los bancos” (con reprimenda verbal incluida a La Caixa) o “Errante” fueron algunos de los temas que sonaron en un directo que ofreció más de una veintena. Incluso existió un guiño al barcelonismo y a Pep Guardiola antes de la canción “Volverás“.
Dentro de su repertorio de versiones, los asistentes pudieron disfrutar de “Summer on solitary beach“, de Franco Battiato, y de “Cómo yo te amo” (en el bis), popularizada por Rocío Jurado y por Raphael. También existió un pequeño momento para la acústica intimidad: Juan Alberto se quedó sólo con su guitarra en el escenario para ofrecer “Mi niño no quiere dormir” y “Florecer” mientras el resto de músicos se concedían un descanso.
El ‘bona nit y hasta la próxima‘ fue con “La voz“. Sin oportunidad de un segundo bis, la música en directo dio pasó a la enlatada para despedir a un grupo brillante que quizá no cuente con todo el reconocimiento que se merece entre el público catalán. Y a pesar de ello, los que allí estuvieron disfrutaron de un buen directo con una formación tan entregada cómo su trayectoria y profesionalidad avalan.
Fotos: Señora Candy Killer
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