Hay bandas que luchan por llegar, por mantenerse, que siguen dando el callo para subir de división y hacerse eco. Los granadinos
Niños Mutantes llevan la tira de años luchando, desde 1994 y con siete álbumes publicados, y a pesar de su oficio todavía les falta algo para llegar. No sé que es pero no logran convencer del todo. Les faltarán esas canciones redondas que se te quedan grabadas y pegadas. Su concierto exclusivo, un showcase al uso para presentar
‘Las noches del insomnio’ (Ernie, 2010) para medios y promotores en Madrid congregó a una audiencia selecta que no se dejó seducir por los granadinos. Al tocar canciones nuevas la audiencia andaba un poco perdida, el resultado fue desigual. Catorce canciones nuevas. Canciones que tienen gancho al instante por sutileza o por riffs redondos (
“Quiéreme como soy”,
“Mi mala memoria”,
“Mi niño no quiere dormir”,
“Nada es perfecto” o la titular
“Las noches de insomnio”) y otras que necesitan más escuchas. Se mueven en un pop heredero del pop-rock bizarro
dEUS,
Nada Surf y de otras bandas que nadan entre el power pop y el indie pop. Ganas no les faltan pero falta alguna incógnita en la ecuación, o el ingrediente mágico para que la fórmula resulte. Habrá que seguir intentándolo y no cesar en el empeño.