Cierto que los fantasmas de los fallos técnicos de la noche anterior, en la que Jose (cantante de Mago de Oz) tuvo que esforzarse al máximo para que su voz sonase como lo ha hecho siempre… Los micros hicieron de las suyas y existía cierto escepticismo en cuanto a que, de la noche a la mañana, todo quedase resuelto. Aún así, con los fantasmas rondando el escenario, a las 21:00 en punto de la noche, con puntualidad británica, hacía su aparición el grupo Lento.
Siempre es complicado arrancar una noche como esta pero la verdad es que, no tenían nada que perder y sí mucho que ganar. Así lo demostró el derroche de rock que salió de su batería y de las cuerdas de una guitarra eléctrica tocada con maestría y un bajo que sonó a lo grande.
Lidiaron el primer toro, abriendo plaza y, aún sin cortar las dos orejas, fue una buena alternativa. Cierto que el público se resistía a entrar hasta los platos fuertes pero, no estuvo mal como entrante de una noche que prometía ser de cuatro tenedores. Gran trabajo de este grupo local que subió a las tablas para pasárselo bien y hacérnoslo pasar en grande con su música.
Apetecía un poco de aperitivo y para ello encontramos unas Bellotas… Negras, eso sí, pero al fin y al cabo Bellotas. El grupo de rock Bellota Negra se postulaba como el segundo de los grupos en actuar esa noche y, la verdad, derrocharon porcentajes de buen rock en todo momento. Eso sí, intentando arrancar un concierto de forma espectacular con los acordes sonando desde el backstage (o lo que es lo mismo… una simple escalera…) el micro volvió a fallar y fueron necesarios hasta tres intentos hasta que la voz de Santon hizo su aparición por los altavoces.
Fue en el 2004 cuando empezamos a escuchar canciones de este grupo extremeño de pro. Desde entonces hasta ahora ha llovido mucho pero, sin duda, siguen queriendo disfrutar del rock, de la música y de esa magia que se crea entre ellos y el público coreando sus canciones y, como no, sus versiones.
Fueron unas dos horas llenas de su característico directo, en el que, con la potencia y la entrega que les caracteriza, tocaron temas propios y varias versiones de grupos de los que han “mamado” la pasión por este mundo; Extremoduro, Marea, Barricada, etc.
No sé por qué, a los “artistas” se les descubre mejor en la barra de un bar y Santon me lo dejó claro. Fue un placer comentar el concierto unos minutos después entre tragos de Coca-cola (u otro sucedáneo…) Y es que Santon, Juanma, Alfon y Pablo son personas normales con algo anormal: una gran facilidad para hacer buen rock.
Refrescando la garganta estábamos cuando apareció el Capitán Cobarde para pedir un Red Bull y “darle más alas“, si cabe, a su maestría. Ataviado con su sombrero particular, como es rutinario desde que su cobardía le llevó a tripular un barco lleno de acordes y letras, nos dijo: hola chavales! y, sin más, se encaminó al escenario para iniciar la navegación en los mares profundos de los oídos ávidos del buen hacer de su música.
Fue pura casualidad que tras la barra nos encontrásemos con la “Capitana Madre“. Esa Purita Dinamita que enseñó a nuestro Capitán la palabra Libertad. “En los ensayos ha hecho una versión de un tema que, seguro, os va a gustar“, decía, mientras nos servía un refrigerio para combatir el calor de esa noche. Al final se escapó unos minutos para ver a su niño, ese que, como bien dice ella, “dio el pelotazo con el primer disco y ahora, no ha parado de crecer“. Menudo arte tiene esta mujer.
No negaré que había dudas sobre cómo sonarían las canciones del nuevo disco en una noche así. No en vano, la presentación en Madrid se hizo en un Teatro y, un concierto de rock parecía la prueba de fuego para los nuevos temas y, sobre todo, para la tripulación del capitán. Aún así, todo marchó de lujo y fue un viaje sin incidentes, a lomos de temas nuevos y antiguos, nuevos ritmos y la entrega de siempre. Sin duda, el capitán supo dejar de lado los icebergs que se empeñaban en hacerle naufragar.
Temas como Paraíso, La amistad, El pisito, etc. se desprendieron de la voz de Albertucho y de las notas de la banda que, como siempre, sonaron increíbles en un directo que, pocos puedieron resistirse a disfrutar. Como dijo el Capitán: “chicos, hemos tenío que hacer el tema bien, porque hasta traca y tó nos han dedicao”…
Y la fiesta terminó, con un Albertucho entregado como siempre, con su buen hacer latente todavía en el escenario, con las risas entre la banda, las miradas cómplices, el buen rollo. Todo lo bueno se acaba, o eso dicen, y el final fue ver a Don Pepe Frías acercarse a nuestro lado para agradecernos (a los pocos medios congregados) las imágenes y, con humildad decirnos: “espero que nos paséis las fotos“. Un grande este Pepe donde los haya, sí señor!
De pronto… el silencio se hizo paso sobre el escenario, las luces se apagaron, los corazones entraron en parada a la espera del qué pasará… Un par de minutos bajo la más lúgubre oscuridad que quedó, rasgada, literalmente, con los primeros acordes del plato fuerte de la noche: Sínkope.
Vito, Mario, Manolo, Miguel y Alberto saltaron al escenario con ganas de comerse la noche y de hacer disfrutar al público que, poco a poco, fue llenando la explanada de los campos de fútbol. Era su noche, eran cabeza de cartel y estaban dispuestos a ofrecer una traca final que atronase los oídos de todos los presentes y los que estaban a los alrededores. Está claro que Sínkope se mueve como pez en el agua cuando está allá arriba y es un verdadero lujo disfrutar con su música, ya no con ellos, sino junto a ellos. Era evidente que se lo estaban pasando en grande y eso se notó en el ánimo del respetable, más entregado que nunca al final de fiesta.
Empeñados en el arte de hacernos reír cuando queremos llorar… Desgranaron dosis de adrenalina y rock&roll del bueno desmenbrando canciones de sus últimos discos: Y, si quieres llorar te hago reír uno de esos discos con los que la banda, a pesar de los cambios en la formación, se consolidó como grupo importante en el panorama del rock español. Cierto que algunos echaron en falta temas más cañeros de sus inicios, algo más potente y transgresor pero la noche no daba para más y la suerte estaba echada.
Cada concierto es distinto con Sínkope, cada canción es un mundo… Simplemente son capaces de hacer disfrutar al más escéptico. Sus poéticos temas llenos de mensajes directos a la par que sencillos, son capaces de hacer saltar hasta a las piedras. Es un lujo ver a este grupo vaciar, sobre el escenario, sus reservas de buen rock, de buena música, en cada concierto. Y si no… que se lo digan a Alberto, que se lo pasó como un niño con zapatos nuevos dando botes mientras tocaba su guitarra…
Y con fandangos desvergonzaos, con romances consumados entre la gitana y el sol poeta, con la ronda de más que se merecía esa noche… Vito, extremeño de pro, se arrancó por bulerías y fandangillos entre canción y canción, animando al público, un poco más (si eso es posible, pues estaban entregados) y se despidió de Alcorcón y de su noche, como él mismo dijo: “fumando el cigarro de después de un buen polvo“ y, no hay mejor manera de definir un concierto que, con altibajos, dejó buen sabor de boca y cumplió las expectativas de todos (o casi todos, nunca llueve a gusto de todos, ya se sabe)…
Una noche de buen rock y de mejor compañía…
Fotos y Texto: Toñy Espada
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