Dicen por ahí los sabios que de tal palo tal astilla… Sería complicado permanecer impasible a la música que suena en tu propia casa día y noche, hacer oídos sordos a una pasión que viene de familia sería renegar de nuestra propia esencia.
Quizás por ello, o porque alguien lo marcó así en su libro de actas, Ópal absorbió todo el arte y la música que de manos de su padre y sus hermanos, formaron la banda sonora de su vida desde su más tierna infancia. Es por eso que, a los cuatro años, esta mujer, por entonces niña, se subió por primera vez al escenario para cantar su propia versión del “Cocouaua“, una tierna y divertida forma de empezar en esto.
Mientras que otros niños pedían a sus padres su primera bicicleta, una muñeca, una vuelta en el tiovivo… Ópal tuvo claro que lo que ella ansiaba y deseaba era dedicarse a la música que, desde niña, corría por sus venas en un vaivén acompasado, deseoso de expresarse a través de sus cuerdas vocales. Fue así como, con apenas ocho años, nuestra protagonista comenzó sus estudios de música en el Conservatorio y, unos pocos años más tarde inició su carrera musical cantando en grupos de pop-rock, versiones y grupos a-capella.
Los textos que dejó olvidados en su día en un cajón, aquellos que ansiaba cantar en su propio concierto, fueron descubiertos por V. Roca, ese grandísimo músico y guitarrista al que debemos el momento en el que Ópal rescató sus temas del olvido al que habían sido condenados y le dio ese empujón que le faltaba para que iniciara su carrera en solitario. Temas nuevos, otros escritos hace tiempo… todos ellos fueron parte de un primer trabajo que en 2003, producido por V. Roca, grabó bajo el título de Sueños, unos sueños que poco a poco dejaban de ocupar su cabeza y su pensamiento para convertirse en la realidad cotidiana de ver materializados los proyectos y esos sueños mágicos que desde niña ocupaban su cabeza.
La madurez, la interacción con el público, una banda consolidada y un proyecto llamado Ópal que empezó a dar resultados, llevaron a que los temas cogiesen fuerza por sí mismos. Canciones mucho más maduras, más enérgicas y, esta vez, con un sello más marcado que nunca, (la música crece a la par que la creadora de sueños) son las claves de un último trabajo en el que Ópal se describe como la mujer fuerte y luchadora que es y, con esa fuerza mezclada con la ternura de su voz, nos ofrece un disco lleno de historias convertidas en canciones, todo bajo un título que lo dice todo de esta artista: Pienso Distinto.
Once temas en los que la frescura, la fuerza, la sencillez y la fusión de ritmos, son los apellidos de un disco redondo (y no sólo por su forma). Escucharlo es una mezcla de sentimientos que no deja impasible a nadie. De pronto nos sirve para cargar nuestras pilas con energía positiva como te sorprende con una balada que pone los pelos de punta o, en otro caso, se marca un tema bajo el manto de los ritmos árabes que la han llevado a expresarse también a través del baile.
Este disco se resume en una historia que habla de una “Dulce Princesa” que está “Atrapada en el Tiempo“, con los “Recuerdos” que le quedaron “Después de Ti” y que se alimenta de “Agua y Pan” bajo las “Hojas de Otoño” que caen por “El Viento” que genera esa “Nube Negra“. Y se oculta bajo el seudónimo de “Aïcha” aquella que dice: “Pienso Distinto“, una historia de una princesa que está “Conectada a ti” y que ve, cada día, “En tus ojos (la Luz)“.
Hacedme un favor. Si tenéis la oportunidad de escuchar su disco hacedlo con los cinco sentidos y, en segunda instancia, cerrad los ojos y dejaros llenar los tímpanos de su voz, de su música, de la magia que encierra cada uno de los temas que nos regala.
Y no quiero dejar de escribir sin lanzar la pelota al tejado de quien corresponda, que se dé por aludido quien se lo tenga que dar, dicen que qué más da Madrid o Barcelona… lo cierto es que, de momento, las puertas de la capital se han cerrado a su música, volvemos a ser esa ciudad de pandereta que sólo se da cuenta de lo que tiene cuando lo ha perdido o se ha marchado (como es el caso) a otros países a ofrecer la música que, de momento, no abre las puertas de un directo esperado por muchos. Al menos nos queda seguir rayando, aún más, ese disco que no para de sonar en la mini-cadena, a la espera de que, algún día, sean Ópal y su guitarra, en directo, quienes nos deleiten con su música en esa que dicen es la capital donde se cumplen los sueños…
Toñy Espada
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La verdad es que he escuchado el video y está bien, pero sin embargo, no estoy de acuerdo con el comentario que aparece debajo del video, puesto que, personas que cantan como ángeles está plagado todo el país, así como de buenos músicos, guitarristas, bajistas, baterías, etc...pero no todo el mundo triunfa en el ámbito musical y lo digo por experiencia de muchísimos años y tampoco trinfurán fuera del País y sino preguntar a muchísimos músicos que llevan muchos años actuando en garitos. No creo que sea una cuestión de tenerse que ir fuera, sino que la industria discográfica es la que es y punto, lo demás, que quereis que os diga, hay grupos que se ha ido al extranjero y tampoco han triunfado y sino también pregutarle a muchos músicos.