Se acerca la temporada de festivales y la maquinaria ya está completamente engrasada para que nadie quede sin enterarse de los músicos que visitarán nuestro país. Esos que servirán como cebo para que miles de personas pague una cantidad indecente en muchos casos a cambio de unas lamentables condiciones de higiene, insalubridad, comida de mala calidad, bebidas de aún peor calidad, una deficiente seguridad y seguramente una calidad de sonido más que deplorable. Peso de eso ya hablamos en otra ocasión. Esta vez toca la figura del voluntario en los festivales de música, habitual desde hace años, tanto en nuestro país como en el resto de Europa. Seguro que muchos se están pensando por estas fechas en ser voluntarios de algún festival…
Antes de entrar en materia, no está de más apuntar algunas cuestiones básicas en torno a lo que es -o debería ser- un voluntario, porque según la ley estatal el voluntariado se define como “… el conjunto de actividades de interés general, desarrolladas por personas físicas, siempre que las mismas no se realicen en virtud de una relación laboral, funcionarial, mercantil o cualquier otra retribuida y reúna los siguientes requisitos: a) que tengan carácter altruista y solidario, b) que su realización sea libre, sin que tengan su causa en una obligación personal o deber jurídico, c) que se lleven a cabo sin contraprestación económica, sin perjuicio del derecho al reembolso de los gastos que el desempeño de la actividad voluntaria ocasione, y d) que se desarrollen a través de organizaciones privadas o públicas y con arreglo a programas o proyectos concretos“. Pero, sobre todo, hay que hacer hincapié en que “la actividad de voluntariado no podrá en ningún caso sustituir al trabajo retribuido“.
Además, los voluntarios también tienen unos derechos, entre los que podemos destacar: “ser asegurados contra los riesgos de accidente y enfermedad derivados directamente del ejercicio de la actividad voluntaria, con las características y por los capitales asegurados que se establezcan reglamentariamente; ser reembolsados por los gastos realizados en el desempeño de sus actividades, realizar su actividad en las debidas condiciones de seguridad e higiene en función de la naturaleza y características de aquella y obtener el respeto y reconocimiento por el valor social de su contribución“.
Pues bien, con esa información ahora os pido que hagáis una búsqueda rápida en internet en la que encontraréis muchos festivales que buscan voluntarios, como Territorios Sevilla, Arenal Sound, LowCost, FIB, Primavera Sound y tantos otros. La condiciones varían de uno a otro, pero generalmente todos ofrecen la posibilidad de acceder al festival, una camiseta y, con suerte, algún bocata y una botella de agua para sobrellevar los rigores de las tareas. Eso sí, también hay quienes piden una fianza para ser voluntario, como el Arenal Sound, como bien explican en las condiciones publicadas en su web.
Trabajar a cambio de una entrada. Así de simple, pero torpemente camuflado con el uso canallesco de la palabra “voluntario“. Porque no penséis que váis a tener la oportunidad de disfrutar de vuestros grupos preferidos. Ni mucho menos. En un festival hay demasiado trabajo que hacer y desde luego la organización no va a dejar que un buen par de brazos se dediquen a aplaudir cuando pueden estar cargando todo tipo de cosas de un lado a otro o vigilando el parking. Y es que, si echáis las cuentas de las horas de trabajo y el valor de esas horas aún en el trabajo peor remunerado que encontréis, os daréis cuenta que por las mismas horas de trabajo que se echan en un festival como voluntario da de sobra para comprar la entrada con lo ganado en cualquier otro tipo de empleo… La cosa es sencilla: se trata de ganar mucha pasta en unos pocos días y, si una botella de agua puede llegar a costar 3€, tener a un tío trabajando 15 horas son también unos cuantos euros que se ganan, porque no se gastan…
Y ahora os pregunto: ¿de verdad vais a trabajar en un festival a cambio de una entrada?
Más información y legislación sobre voluntariado:
- Resolución del Consejo y de los representantes de los Gobiernos de los Estados miembros, sobre el valor añadido del voluntariado juvenil en el marco del desarrollo de la acción comunitaria en materia de juventud (23/02/02 D.O. de las Comunidades Europeas C50/3)
- Carta Social Europea, de 18 octubre de 1961, ratificada por España el 29 de Abril de 1980
- Ley 20/2002, de 25 de diciembre, de Fundaciones.
- Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, Reguladora del Derecho de Asociación.
- Ley 23/1998, de 7 de julio, de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
- Ley 6/1996, de 15 de enero, del Voluntariado.
- Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo.
- Ley 38/2003, de 17 de noviembre, General de Subvenciones.
Texto: Juan Manuel Vilches
Opinión — Los voluntarios en los festivales de música1 thought on “”
He sido voluntaria por ahora en un festival, 4 años. Y para nada, he trabajado tantas horas. Han sido 2 dias, 8 en total. Con bocata los 2 dias y consumiciones, que nunca he usado todas, 5 de cerveza y 2 de cubata. No me quejo de las condiciones de este. No, no he pagado y creo que en parte he salido ganando. No se me ha hecho hacer más trabajo del que me pertocaba. Es más, este año he estado rato sin hacer nada con toda la tranquilidad del mundo.