Los pequeños sellos discográficos hace tiempo que disponen de más herramientas para enfrentarse a las cuatro majors en materia de promoción, como la redes sociales y otras plataformas de la web 2.0. Lo cierto es que muchas las usan de una forma excelente, haciendo adelantos de sus lanzamientos, manteniendo informados a sus seguidores y, sobre todo, interactuando con ellos. Pero hay otras muchas que, al igual que en otros sectores empresariales, han entrado en esto del 2.0 como elefante en cacharrería, abriéndose cuentas en toda red social que se les ponga por delante, aunque actualizando poco, aportando poca información e ignorando a seguidores y profesionales del sector.
Tanto en un caso como en otro podemos encontrar pequeños sellos que apenas promocionan a sus bandas y que, incomprensiblemente, se muestran poco o nada colaboradores con muchos medios a la hora de enviar información sobre sus lanzamientos. Y esto es algo que sucede mucho más habitualmente de lo que pudiera parecer. Aquellos tiempos en que una discográfica, por el mero hecho de sacar discos de un sólo estilo, adquiría una categoría de marca suficiente para mantener e, incluso, aumentar sus ventas, han pasado. Vuestro producto es importante sí, pero en esta sociedad hiperconectada también lo es la imagen que dais a clientes y profesionales. Un sello que no atienda correctamente a los medios, los comentarios de sus seguidores en blogs y redes sociales o los pedidos online no es competitivo hoy en día. Más temprano que tarde sus clientes acabarán menguando, al igual que la atención recibida por los medios.
Hace poco podíamos leer aquí que según un estudio de la Oficina de Consumidores de la Casa Blanca, el 96% de los clientes insatisfechos nunca se van a quejar directamente a la compañía de la falta de cortesía o de la baja calidad de un producto, y sin embargo el 91% nunca va a volver a comprar en la empresa que les irritó. Pero, no sólo perderemos un cliente, ya que esta persona compartirá su malestar con otras nueve personas por término medio, y el 13% se lo dirá a veinte. Es sólo un ejemplo de cómo hace tiempo que el tema de la comunicación y el trato son cada vez más importantes en la imagen de marca y, por ende, en sus ventas. Y, sin embargo, aún hay muchos quienes parecen no enterarse, especialmente en el sector de la industria discográfica.
Señores de muchos pequeños sellos españoles: la mayoría de los medios especializados y sus redactores no tienen ninguna gana de acumular copias de promoción en sus estanterías. Cualquiera que se dedique a esto es un gran aficionado a la música y seguramente llevará toda su vida invirtiendo gran parte de sus ingresos en comprarse discos, así que tener unos cuantos más no supone más que un engorro a la hora de trasladarlos. Y digo esto, porque parece que a muchos les horroriza de tener que mandar copias promocionales… pero existen otras muchas opciones: escuchas online privadas, plataformas gratuitas como soundcloud o bandcamp, descargas limitadas, etc. porque, desde luego, si quieren que sus discos aparezcan comentados lo que no podemos dejar de hacer es escucharlos. Desde luego, también nos vendría muy bien tener algo de información de esos lanzamientos: colaboraciones, producción, estudio, autoría de los temas, etc. Vamos, lo básico para poder informar adecuadamente a los lectores, aunque eso ya parece que a unos cuantos les supone una molestia enorme. Eso sí, para llamar luego y preguntar dónde está la reseña, cuando sale o qué pasa con su grupo sí que sacan tiempo…
Mientras tanto, muchos siguen aprovechándose de la dedicación, el esfuerzo y la afición de muchos que quieren escribir sobre ese grupo o ese disco que tanto les ha gustado y, de una forma u otra, al menos unos pocos comentarios acaban saliendo, aunque sólo sea en blogs personales con más o menos visitas. Pues bien, muchos ya estamos aburridos de perseguir a más de uno para que se digne a enviar información de sus lanzamientos y comentarlos mientras hay tanta gente que trabaja magníficamente bien para promocionar sus trabajos. Así que, a partir de ahora y al menos por mi parte, me niego en rotundo a dar espacio a quienes no se preocupan por su producto. Disculpen la pataleta.
Texto: Juan Manuel Vilches