En más de veinte años de carrera esta banda inglesa ha conseguido mantenerse en el negocio gracias sobre todo al boca a boca y a la lealtad de sus seguidores. Su nuevo trabajo es un disco doble esta vez, cosa que no hacían desde su aclamado Erpland de 1990, aunque ahora la temática es la astrología maya.
El álbum comienza sin muchos sobresaltos. The High Pass nos sumerge en los sintetizadores durante unos cuantos minutos hasta que por fin aparece la característica guitarra de Ed Wynne, miembro fundador y ya prácticamente única cabeza pensante de la formación. Con algunos momentos más cercanos a una world music destilada el primer disco no se aleja demasiado de estos derroteros. Es el segundo, con el inicio de Epiphlioy a lo Orphaned Land cuando incorpora unas cuantas melodías orientales y deja a un lado el punto electrónico casi chill out del anterior, el que tiene más interés.
Technicians Of The Sacred tiene todo lo que la banda ha desplegado desde mediados de los 80: rock psicodélico basado en capas y ambientes evocadores a base de programaciones y sintetizadores. Sin embargo, en esta ocasión una hora y media se hace larga. Hasta la gente de Gong y Tangerine Dream recortarían minutos por todos lados. No es un mal trabajo, pero hay que rebuscar en él para no aburrirse.
Texto: Juan Manuel Vilches
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