La vuelta una y otra vez al mismo juego de acordes, el mismo arpegio, una percusión casi chamánica y la voz etérea, en segundo plano. Un solo final sin prisa, que se acaba desvaneciendo como si pudiera seguir improvisando sobre las misma base eternamente y esa críptica letra, casi metafísica. No era fácil captar todo eso. No es fácil hacer una versión de Black Sabbath y sonar bien. Pantera lo consiguió y con uno de esos temas en los que el ambiente es más importante que la propia canción.
Texto: Juan Manuel Vilches
La 53ª edición del icónico festival danés sin ánimo de lucro se celebrará del 28…
Aún no hemos empezado con los rankings del 2024, pero si hay algo que tenemos…
El Azkena Rock Festival (ARF) ha anunciado hoy los primeros nombres de su 23ª edición,…
Reinventarnos en cada disco ha sido nuestro mayor desafío Sólo hay que mentar a Doctor…
La iniciativa SOM VALÈNCIA está en marcha y ha revelado la programación de conciertos que…
El concepto, filosofía, visión y propósito del LEV (Laboratorio de Electrónica Visual) es, probablemente, nuestro…