Todo el mundo los está comparando con Cut Copy, y es verdad que comparten algún que otro punto en común. El más notable es que después de un EP esperanzador lanzan un disco de indie-electrónica fresco y más o menos bailable justo antes del verano, la época perfecta para un lanzamiento de estas características. Pero vamos, eso también se podría decir de un álbum de Rihanna.
Mientras que las letras de Cut Copy parecían más propias de un culebrón barato (donde a su vez radicaba parte de su encanto), Passion Pit apuesta más por el optimismo y la vitalidad. Además, el ingrediente dance no se encuentra tan presente, centrándose en el pop. Pero Manners va un poco más allá de este término. Los toques funky son una importante baza en el álbum, al estilo “D.A.N.C.E.” de Justice, pero con mucho más peso (el resto del debut de los franceses no tenía nada que ver con este hit). “Little secrets” o “The realing” están repletas de bases sincopadas, coros aniñados al más puro estilo Jackson 5 o la característica voz de su cantante, con un falsete que explota en la mayoría del disco. También hay atisbos muy del gusto de Arcade Fire en “Moth’s wings”, muy épica y apropiada para corear mechero en mano. Por supuesto no podía faltar esa gran canción que nos adelantó lo buenos que podían llegar a ser, la enorme “Sleepyhead”, con ese estribillo y cánticos orientales tan adictivos (toque oriental que también percibimos en “Swimming in the Flood”).
Uno de los aspectos más destacados de Manners es la inteligentísima producción de todas y cada una de las canciones. Más que en los propios sonidos, la electrónica se percibe en la utilización de éstos como parte de un entramado musical bastante complejo pero arrebatador, con una producción deliciosa y muy cuidada que demuestra el mimo con el que ha sido tratado todo el disco. Por supuesto que los instrumentos reales también abundan, lo que siempre se agradece para humanizar algo más el contenido.
Así, lo que en un principio fue un chico escribiendo canciones para su novia, se ha convertido en una de las más firmes promesas de 2009. Ahora solo queda comprobar que su directo cumpla con las expectativas, ya que para que el resultado sea convincente deberán contar con unas cualidades musicales bastante altas para estar a la altura de su debut, especialmente por su complicado y ecléctico sonido. Pero eso ya se verá más adelante, por ahora disfrutemos de uno de los pelotazos del año.
dyorch