La trayectoria de alguien como Paul McCartney es tal que cualquier nuevo lanzamiento suyo merece al menos la pena ser escuchado. Porque ha demostrado a lo largo de cincuenta años de carrera que es un músico inquieto y eso supone para el aficionado la posibilidad de encontrarse con proyectos como el de Fireman, junto con Youth de Killing Joke, discos de música clásica, bandas sonoras, etc. Pues bien, ahora tenemos este nuevo trabajo en el que McCartney rinde tributo a las canciones de su juventud, añadiendo un dato de interés para el melómano: muchas de las que aquí incluyen son aquellas que inspiraron gran parte de las suyas en su etapa con The Beatles.
Paul McCartney tan solo firma dos temas nuevos: My Valentine y Only Your Hearts, que apenas se diferencian del resto en una primera escucha, pero que más tarde dejan al descubierto la firma del célebre miembro de los cuatro de Liverpool. El grueso de este álbum es un repertorio homenaje a aquellos intérpretes y músicos que marcaron la infancia y la adolescencia de McCartney: I’m Gonna Sit Right Down and Write Myself a Letter, original de Fats Waller, Home (When Shadows Fall), popularizada por Sam Cooke o It’s Only A Paper Moon, que es una canción de los años 30 que ha aparecido en varios musicales, películas y que ha sido interpretada en numerosas ocasiones por músicos de jazz, como Ella Fitzgerald o Nat King Cole. También encontramos The Glory Of Love, escrita por Billy Hill, pero conocida por la versión de Benny Goodman, We Three (My Echo, My Shadow And Me), Ac-Cent-Tchu-Ate The Positive o Bye Bye Blackbird, un standard de jazz clásico, entre otras. La edición especial incluye un par de canciones más: otra de McCartney, esta vez una versión de Baby’s Request, que estaba incluída en su álbum Back To The Egg de 1979, y una composición de Guy Wood y Robert Mellin que fue popularizada por Frank Sinatra, My One And Only Love.
Para conseguir este sonido de jazz suave y tranquilo McCartney ha contratado a Diana Krall y al reputado productor Tommy LiPuma, que aportan el tono que el álbum requería, y además ha contado con la colaboración de Eric Clapton en un par de temas, Get Yourself Another Fool y My Valentine, y de Stevie Wonder en Only Our Hearts.
Kisses On The Bottom es un disco amable, de fácil escucha, que con el tiempo ofrece poco más que lo que vemos al principio. Dedicado a su mujer y lanzado en fechas tan cercanas al 14 de febrero, día en que compuso My Valentine, el álbum adquiere unos tintes algo empalagosos que probablemente tendrán como objetivo el convertirse en un bonito regalo. O en una excusa perfecta para recuperar algunos de sus más recientes trabajos que sí mostraban a un señor que nada tiene que demostrar desde hace años y aún así seguía componiendo trabajos tan completos e interesantes como Chaos and Creation in the Backyard, Memory Almost Full o Flaming Pie.
Texto: Juan Manuel Vilches
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