It Starts Here fue un punto de inflexión en la carrera del señor Broderick. Pero el cambio no se produjo en lo musical, porque sufrió de una crisis de estrés durante la preparación de la gira que le obligó a apartarse de los escenarios un tiempo y refugiarse en un centro en Suiza. Y allí se fraguó este nuevo trabajo.
El comienzo de Red Earth ya marca una diferencia con respecto a sus anteriores trabajos. Nada de electrónica, tan sólo una instrumentación sencilla enfocada en la guitarra y la voz. La forma tradicional de apostarlo todo a las canciones. El álbum pasa por momentos más optimistas, como en The Reconnection y Colours of The Night, junto con otros más oscuros, como en If I Sinned y On Time, lo que confiere al disco una cierta dispersión. El conjunto no se hilvana todo lo bien que debiera, a pesar de que tiene temas muy interesantes.
Suena ahora mucho más parecido a Jens Lekman, Mark Hollis e incluso José González que a los Efterklang con los que estuvo tocando una temporada o a discos suyos como Float o Home, a pesar de que hay ciertas reminiscencias de temas como Below It. Y no le ha sentado mal, pero quizá le hayan faltado un par de semanas más de trabajo al disco.
Texto: Juan Manuel Vilches