Tras jueves y viernes, llegó el sábado con la misma inestabilidad climatológica que el tiempo del Mediterráneo había mostrado durante toda la semana, aunque con un sol más acuciante y un viento mucho más condescendiente. Jornada temprana para poder disfrutar de la actuación de una de las bandas estatales que más han dicho durante este 2013: Guadalupe Plata. Gran atmósfera sonora la que consigue este trío con sus instrumentos y que emite espejismos de gran formación por su saber hacer y mejor saber tocar. Y del sonido fronterizo al folk norteamericano gracias a la actuación de Adam Green y Binki Saphiro; y escribo folk y no anti-folk porque Adam ha evolucionado hacia donde le han llevado sus composiciones. Su actuación, junto a Binki, recordó a las mejores escenas en directo ofrecidas en su momento por Johnny Cash y June Carter.
Paralelamente, los catalanes (con deje californiano) Bullit hicieron lo que pudieron en un escenario MySpace Smint cuya sonoridad rayaba lo lamentable. Mucho esfuerzo y ganas de agradar fueron sus armas para contentar a un público que sacrificaba a artistas más internacionales en post de una de las mejores bandas existentes en el estado español dentro de un género que deambula entre el punk-rock, el hardcore melódico y el power pop. Menos difícil lo tuvieron un Josele Santiago y su guitarra acústica. Suficiente para los sonidos de su instrumento y voz, el escenario se tornó en su mejor aliado gracias a la proximidad de un público que sabía a quien había venido a ver y porqué. Irónico y ácido como siempre, Josele se marcó uno de los directos más sinceros del festival.
Y de la intimidad a la magnanimidad, la misma que ofrecen las actuaciones del Auditorio. ¿Los protagonistas? Dexys, aquellos que alguna vez llevaron el nombre de Dexys Midnight Runners. La suya fue una actuación de opereta en lo que a escenografía se refiere. Si One Day I’m Going to Soar representaba un recorrido histórico-musical a la vida y vivencias de Kevin Rowland, el directo fue una traslación visual del mismo concepto. Historias musicadas para lucimiento del líder de la formación y cierta perplejidad entre el público menos incondicional. Aun así, la calidad sonora estuvo exenta de toda duda, así como la energía física y vocal del propio Rowland, quien no quiso despedir el concierto sin ofrecer algún guiño a su mítico éxito “Come on Eileen“. Quienes resistieron hasta el final (y es que la proximidad del concierto de Nick Cave provocó una espantada importante) acabaron de pie bailando y ovacionando a una banda que demostró tener una masa de seguidores mucho más importante de lo que se le presupone.
Y ya que hemos citado a ese dios musical al que muchos idolatran y a los que otros, llamados Bad Seeds, acompañan nos centraremos en su directo. Buscando un resumen rápido diremos que se trató de uno de los grandes triunfadores del Primavera Sound. Su mezcla de elegancia, chulería y cercanía hipnotizó a una masa asistente, que ya de por sí venía hipnotizada desde casa. Nick y los suyos dieron mucho más de lo que se les pedía y, aun así, supo a poco. Y eso que gracias a Grinderman sus visitas a España se han ido repitiendo con asiduidad… pero es que los Bad Seeds son mucho Bad Seeds. Un quince sobre diez para un músico que no cuenta con mi total entrega, hecho que otorga mucho más mérito al efecto que consiguió en mí.
Liars y Planetas enlazaron la noche con la madrugada dentro de los límites de la magistralidad que les permiten sus puestas en escena. En la memoria del día quedaba ya la actuación de unos siempre efectivos Antònia Font, mientras que My Bloody Valentine intentaron bailar con la más fea. Poco engagement emocional el de una banda que no tuvo a sus pies (de escenario) a todo el público con el que seguramente habrían soñado noches antes.
Existieron más, muchas más bandas durante esta jornada de sábado y muchas más durante lo que dio de sí un festival que no solo se disfruta hoy en día en los escenarios de un recinto, sino también en los bares, en las calles y en los parques. Pero, por desgracia esa es la dualidad de tanta grandeza, que la oferta es amplia pero que el individuo sigue siendo uno y su capacidad de acaparamiento limitada.
Con lágrimas en los ojos (y espero se me permita esta licencia poética) despedimos a la mejor edición del Festival a lo que nivel logístico se refiere. Primavera Sound se ha convertido en una bestia internacional que podría sacar pecho si quisiera con las cifras de asistencia conseguidas en esta última edición: record histórico con 170.000 personas y con la confirmación de su presencia el próximo año, con fechas ya ratificadas y con unos abonos que saldrán a la venta durante este mismo junio. Porque, parafraseando a uno de esos personajes que han hecho de la ciudad condal un nicho de satisfacción, ego y provecho personal: “¡Qué no estamos tan mal!“. A la industria musical me refiero, que nadie me malinterprete… Y antes de cerrar este artículo, brindar un enhorabuena a la Organización por todo lo que está haciendo año tras año, no solo por esa fusión de música independiente y mainstream en Barcelona, en Cataluña, en España, en Europa y en el mundo, sino por su cada vez más cuidada selección de oferta de ocio y comodidades de uso para su público y consumidor… Todo sería perfecto si sus precios se adecuaran a la realidad social y económica existente. En fin, no se puede tener todo.
La 53ª edición del icónico festival danés sin ánimo de lucro se celebrará del 28…
Aún no hemos empezado con los rankings del 2024, pero si hay algo que tenemos…
El Azkena Rock Festival (ARF) ha anunciado hoy los primeros nombres de su 23ª edición,…
Reinventarnos en cada disco ha sido nuestro mayor desafío Sólo hay que mentar a Doctor…
La iniciativa SOM VALÈNCIA está en marcha y ha revelado la programación de conciertos que…
El concepto, filosofía, visión y propósito del LEV (Laboratorio de Electrónica Visual) es, probablemente, nuestro…
View Comments