En esto del rock, como en otras facetas de la vida, hay grupos meticulosos hasta la enfermedad en el sentido de que preparan sus actuaciones con suma perfección. Y eso, sin duda, es bueno para el aficionado que gana en calidad. Pero también hay otras formaciones que sin tanta parafernalia ofrecen, asimismo, un excelente espectáculo. En este último caso podríamos situar a Radio Moscow, el trío estadounidense no necesita demasiado para convencer de sus habilidades y ofrecen un buen concierto, tal como demostraron en su pasada actuación en la sala Rocksound de Barcelona.
Una guitarra, un bajo y una batería algo destartalada, además de unos vetustos amplificadores fueron suficientes para que Parker Griggs, Zach Anderson y Paul Marrone, dieran rienda suelta a su hard rock “setentero” envuelto en una aureola psicodélica con acercamientos al blues.
De hecho, el Rocksound se convirtió por una noche en un garito típico del San Francisco de hace cuatro décadas. En el escenario, tres músicos con pinta “hippiosa”, y sonidos entroncados con las grandes formaciones americanas de la época, en determinados momentos, “The Escape” y “Hold On Me”, por ejemplo, muy cercanos a la Jimi Hendrix Experience y, en otros, arropados de una atmósfera bluesy, con “Deep Blue Sea” como mayor representación.
Resultó un concierto algo surrealista, tres jovenzuelos con sus tan solo veinte y pico de años invitando a la audiencia a una regresión musical digna de unos veteranos expertos en la música de los años 70, recurriendo a sus dos excelentes álbumes, su debut homónimo de 2007, del que interpretaron, “Frustrating Sound”, “Luckydutch”, “Whatever Happened”, la mencionada “Deep Blue Sea” y “Minstreating Queen”, que cerró el concierto antes de que el público, entusiasmado, obligara al bis y pusieran el punto final con “Fuse” y, por otro lado, su más reciente trabajo, Brian Cycles (2009) del que escogieron la brillante “I Just Don’t Know” para abrir la noche, además de “250 Miles”, “City Lights”, “No Jane”, las mencionadas más arriba y alguna otra que posiblemente se me escape.
A veces, de las cosas sencillas se puede disfrutar mucho más que de la excesiva sofisticación. Esa es la lección que dejó Radio Moscow a su paso por Barcelona. Una lástima que una pandilla de “pasados etílicos” a mi izquierda y otra pandilla, a mi derecha, de “pasados de humo” (alguno con pelos afro a la antigua usanza) me impidieran percibir en toda su dimensión las evoluciones de los músicos. Pero, ya se sabe, los “vecinos” de turno en un concierto son fruto del azar y contra eso no se puede hacer nada, gajes del oficio, que se dice.
THE SWEETCASE BAND
Como grupo invitado, los barceloneses The Sweetcase Band se encargaron de ir preparando el ambiente con su rock también de ciertos aromas setenteros. Además de su propio repertorio, recurrieron a una versión de The Steepwater Band.
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Que lástima. lo de los fumados y etilizados, no te dejaron disfrutar del rock and roll, con su conducta delictiva. Habría que encerrarlos a todos. Por cierto, el de pelo afro es el batería de mi banda de bluesrock. Nos llamaos Rosebud, y el batería es un auténtico criminal...
intento ser irónico.
Buen artículo, sin duda. Además un placer aparecer en él como "el del pelo afro pasado de humo". Lástima que Rocksound no tenga palcos, podría haber percibido en toda su dimensión las evoluciones de los músicos.