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Llevo veinticinco de mis casi cuarenta y un años escuchando música en directo. La mayoría de los conciertos han sido memorables. Aunque el del pasado viernes en la carabanchelera Gruta 77 lo meteré en el cajón de los inolvidables. Y no solo porque los chicos de Raíces Y Puntas, encabezados por su alma máter Sharli García demuestren sus buenas maneras en un escenario, sino porque además son buena gente. Del tipo de personas a las que acabas de conocer y con las que pareces tener una amistad de toda la vida. Quizás sea esa la diferencia entre un grupo y una banda. Me llamó bastante la atención la improvisación tan ensayada que define la profesionalidad de estos chicos. Sus movimientos, su empuje y sus ganas de agradar están calculados al milímetro. No dejan nada al azar y eso es lo que también los cataloga como grupo y no como banda. Aprendan de ellos los pseudos divos que últimamente germinan tanto en el panorama musical patrio.
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El concierto, por ponerles un símil gastronómico, fue de “nouveau cocine“. Esa que en pequeñas cantidades, una hora y cuarto duró el evento, ofrece lo mejor y lo más exquisito de cada plato. La fiesta dio comienzo con “Un Libro En Blanco“, continuada con “Contradecido“, tema con dejes cubanos y “Ojala Lloviera Al Revés“, en la que el desparpajo de Sharli invita al público a cantar con él. Es entonces cuando la marea de fans, esa que arrastra todo lo que toca, empieza a corear y bailar al ritmo que le marca el frontman de los Raíces. “Cuatro Cosas” es una canción que se apoya en una introducción muy flamenquita. Y es que el grupo, además de fusionar estilos, mezcla con una exquisitez sublime tradición y modernismo. También sonaron “Dicen Y Dicen” y “Fronteras“, un precioso tema que podría haber sido firmado por el mismísimo Kiko Veneno y en el que se nota la clara influencia del músico de Figueras, así como las de Pata Negra o Ketama. Aunque nadie nunca dijo que era pecado beber de los mejores y en casos como éste de mejorarlos. Sirve de introducción al tema un precioso solo de bajo por parte de Suso, un tema salpicado con tintes de ska y que la gente lo baila a rabiar. De matrícula de honor la profesionalidad de Sharli y de los músicos que lo acompañan: Paco Cano a la guitarra, Carlos Sosa a la batería, Rayco Gil a las percusiones y el mencionado Suso al bajo. ¡Cómo tocan señores! Para enmarcar. Continúan su particular viaje por un cualitativo repertorio con “Mi Cuerpo Es Mío“, un tema en la línea que caracteriza las composiciones del grupo: unas letras preciosas de rimas imposibles y unos ritmos pegadizos muy bien fusionados. Preciosa la versión del tema “Caramelos” de Los Amaya en la que el grupo, festejando el cumpleaños de Carlos su batería, endulzó a los asistentes lanzándonos caramelos. “No Hago Nada” y “Querencias“, son dos canciones de esas en las que las palabras parecen flotar en el ambiente y viajar directamente a la boca de Sharli. Pero el plato fuerte, con permiso y sin faltar a la calidad del resto de temas, corrió a cargo de “Nos Dieron“, un tema que lo tiene todo: una preciosa introducción, una letra pegadiza, una base rítmica perfecta y una voz idónea para cantarla. Y además las voces de los asistentes que la cantan haciéndola suya. Este es el tipo de canciones que catapulta a los grupos de los pubs de 8 pavos sin consumición a los estadios de fútbol. “Si nos dieron raciocinio será pa´ que razonemos.” ¡Precioso!
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Dieron por finalizado el concierto con el tema titulado “La Rumba Guerrillera“, con un final apoteósico con Sharli simulando a Angus Young de AC/DC y su “Highway To Hell“.
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Invito a los responsables del negocio a que cuelguen sus trajes de etiqueta, a que se despojen de sus corbatas de seda, a que abandonen sus maletines y sus despachos, sus números, sus rankings, su rutina y su soberbia y se pasen por garitos como Gruta 77 donde exhiben su talento grupos como Raíces Y Puntas. Pásense una noche por el verdadero Éxito. Por el Arte. Por la Música. Por la Vida.Â
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                                                      Texto y Fotos: AMADO STORNIÂ