Hace cuarenta años Bobby Liebling, una de las personalidades del rock más extravagantes, y Pentagram inventaron un nuevo sonido en su Virginia natal, más pesado y más lento. Al otro lado del Atlántico, unos jovencitos Black Sabbath trabajaban en la misma línea. Ambas bandas establecieron las pautas para un nuevo género en el que los riffs graves, la lentitud y la sensación opresiva de armonías repetitivas y densas iban a dar lugar a una auténtica revolución en el rock. Después de cuatro décadas de mala suerte y demasiados escarceos con la droga, parece haber llegado por fin el momento de Pentagram. Con un carismático Liebling reformado, que sabe que esta puede ser su última oportunidad de llegar a lo más alto, y una nueva masa de fans gracias a internet, los próximos años pueden ser los del merecido reconocimiento de la banda fuera de los círculos más cerrados del doom.
La banda siempre estuvo marcada por los continuos cambios en su formación, llegando a pasar por ella más de treinta músicos, e incluso de nombre en sus primeros años. De esta forma, la década de los setenta estuvo salpicada de idas y venidas, cambios de mánager, contactos con bandas como Blue Öyster Cult y Kiss que no fructificaron, continuos escarceos con drogas y, lo que aquí nos importa, un puñado de grabaciones. En aquellos años grabaron algunas demos: una de tres canciones grabada en Columbia Studios el 20 de septiembre de 1975, otra de doce canciones grabada en el almacén de correo postal de Virginia en diciembre de 1972 y en febrero de 1973 una última de cinco canciones grabado en el Underground Sound. Muchas de estas canciones aparecieron en diversos recopilatorios, pero el más importante (y más fácil de conseguir) es First Daze Here (The Vintage Collection), que gozó de un éxito moderado que provocó la aparición de un segundo recopilatorio llamado First Daze Here Too. En el primero de ellos, una auténtica maravilla, es espectacular escuchar como suenan en directo en su local de ensayo -¡y sin ningún tipo de retoque de estudio!- temas como Livin’ in a Ram’s Head, Earth Flight, 20 Buck Spin o Last Days Here. Se incluyen también algunos de sus primeros temas, aquellos que podrían haberlos lanzado al estrellato, como Hurricane, que tiene un riff enorme, o la pegadiza Starlady, compuesta por Randy Palmer, quien fundó otra de las bandas imprescindibles del doom: Bedemon. Hay quien asegura que Gene Simmons y Paul Stanley ofrecieron una cuantiosa suma a Liebling por aquellas dos canciones, pero que éste la rechazó. First Daze Here Too tampoco se queda corto. Incluye una versión de Rolling Stones —Under My Thumb– y una de los Yardbirds, Little Games. Pero, sobre todo, destacan uno de los temas más rockeros de la banda, donde apenas hay atisbos de doom: Teaser; y las primeras versiones de temas que aparecerían más tarde en los álbumes del mismo título, como Be Forewarned o Show’em How.
A principios de los 80 la banda estaba disuelta. Así, no es hasta 1985 que aparece su primer álbum con todas las de la ley: Relentless, que fue titulado originalmente de forma homónima. Un trabajo que comienza con el tema Death Row para seguir con dos auténticas obras cumbre: All Your Sins y Sign Of The Wolf, donde encontramos a Liebling en uno de sus mejores momentos. Porque la voz del malhumorado vocalista tiene en cortes como You’re Lost o I’m Free una languidez rabiosa que contrasta con la emotividad que es capaz de darle a Sinister o la visceralidad de Dying World.
Un par de años más tarde, después de la publicación de Day Of Reckoning la banda vuelve a separarse. Otro álbum generoso en grandes composiciones, con temazos como Evil Seed o When The Screams Come —más lenta aquí que en First Daze Here-, pero que no tuvo apenas repercusión. Pero a mediados de los 80 hasta Black Sabbath habían entrado en terrenos más heavys con Seventh Star o The Eternal Idol. El público quería algo nuevo y en aquellos años el thrash y el glam lo copaban todo. Un mal momento para quienes se deshacían en riffs lentos y densas composiciones.
En 1993, con la reedición de estos dos trabajos por parte de Peaceville la banda se reforma y disfruta momentáneamente de un fugaz éxito, que no duró demasiado, así que de nuevo volvieron a separarse en 1994, después de sacar Be Forewarned. A partir de entonces la banda permanece con Liebling como vocalista y Joe Hasselvander encargado de todo lo demás. En esta etapa publican Review Your Choices y Sub-Basement, de 1999 y 2001 respectivamente. En el primero volvían a aparecer temas que datan de los setenta, como Review Your Choices, Forever My Queen o Living In A Ram’s Head y el segundo es toda una demostración del excelente trabajo realizado por Hasselvander, especialmente inspirado en los arreglos. Al poco tiempo de la salida de Sub-Basement, Hasselvander deja a Liebling y éste recluta a los músicos de la banda Internal Void para grabar Show’em How, con sólo tres temas originales y el resto pertenecientes a los inicios de la banda, como Starlady o Last Days Here.
Para muchos Joe Hasselvander y Victor Griffin han sido desde los 80 las almas de Pentagram y, aunque ciertamente son dos músicos de indudable talento, sería complicado imaginarse a la banda sin la voz y las composiciones de Liebling. La cuestión es que sobre la banda de Griffin y Hasselvander –Death Row– se construyeron los Pentagram de los 80. Disueltos desde 1978, Geoff O’ Keefe se interesó por Death Row y en 1984 con Liebling incorporado a la banda, cambian el nombre a Pentagram con la intención de rescatar parte del reconocimiento del que gozaron en los setenta (que tampoco fue mucho). Sin embargo, Griffin y Hasselvander siempre han estado muy interesados en mantener la independencia de Death Row como banda hasta 1984, especialmente después de sus continuas disputas con Liebling en los últimos diez o quince años. Obviando un poco las cuestiones internas de la banda, lo cierto es que Alive in Death, además de su valor musical y como testimonio de aquel primer grupo de Griffin y Hasselvander, es un disco fundamental para conocer a los Pentagram de los 80.
La historia de la banda de Liebling aún no ha terminado y es ahora cuando se encuentran a punto de dar el salto definitivo a la primera línea del rock. Tienen a su favor un nuevo trabajo bastante decente, bastantes conciertos a la vista, un creciente interés por el género que ellos ayudaron a formar, un dvd en directo e incluso un documental sobre la vida de Bobby Liebling. Sin embargo, su condición de leyenda y su trayectoria colmada de tropiezos no parece que vaya a quedar atrás. Y es que, probablemente su historia, junto con sus magníficas composiciones, forme parte indisoluble de su encanto.
Pentagram – First Daze Here en Spotify
Texto: Juan Manuel Vilches
La 53ª edición del icónico festival danés sin ánimo de lucro se celebrará del 28…
Aún no hemos empezado con los rankings del 2024, pero si hay algo que tenemos…
El Azkena Rock Festival (ARF) ha anunciado hoy los primeros nombres de su 23ª edición,…
Reinventarnos en cada disco ha sido nuestro mayor desafío Sólo hay que mentar a Doctor…
La iniciativa SOM VALÈNCIA está en marcha y ha revelado la programación de conciertos que…
El concepto, filosofía, visión y propósito del LEV (Laboratorio de Electrónica Visual) es, probablemente, nuestro…
View Comments
muy interesante post, la verdad es que me parece un grupo sobrevalorado
si quieren leer mi crítica sobre el day of the reckoning en:
https://chungasrevengeblog.wordpress.com/2015/11/30/day-of-the-reckoning-1985/