No hace tanto que Richie Kotzen era un joven guitarrista, muy prometedor, conocido sólo en los círculos de los aficionados más curiosos de los nuevos genios de las seis cuerdas. Pero su entrada en Mr. Big en 1999 para sustituir a Paul Gilbert le supuso el espaldarazo definitivo. Sin embargo, su trayectoria también ha tenido algunas pausas en ese hard rock americano que tan bien se le da, como sus discos con Greg Howe o su proyecto con Stanley Clarke, de corte más experimental. Kotzen es un músico de banda, como ha demostrado en su paso por un puñado de ellas, y en solitario también sigue manteniendo ese gusto por el grupo -a pesar de que en muchas ocasiones se encarga él mismo de la mayoría de los instrumentos- y un sonido en el que la guitarra siempre está supeditada a la composición. Es decir, las virguerías caben por supuesto, pero nunca las encontraremos fuera de contexto.
El álbum abre con el tema que le da título, un rock & roll con una intro espectacular y un riff característico de Kotzen. Help Me es esa mezcla perfecta entre rock sureño, hard rock y AOR que tan bien tiene elaborada. Pero una de las pequeñas sorpresas de este disco es OMG (What’s Your Name?). Un tema funk, muy de los 70, y con un estribillo soul de esos que te guardas para tararear durante unas cuantas semanas. Con Get It On y Love Is Blind, en la que cuenta con la colaboración de Jerry Cantrell, seguimos en ese camino de hard rock americano, de medios tiempos. Stop Me, con su hija en el piano y la voz, sería uno de singles perfectos: estrofas bien construidas y un estribillo muy pegadizo. En Bad Situation también tenemos esas pinceladas de funk y soul y con éste ya se nos van acumulando los temazos. Para la recta final Kotzen nos reserva un par de baladas: I Don’t Know Why y una menos conseguida Tell Me That It’s Easy. Twist Of Fate pone el broche final en un tono acústico con cuerdas de nylon, más pausado y con un Richie Kotzen que vuelve a demostrar que también es un gran cantante. Pronto habrá que dejar de definirle únicamente como guitarrista…
24 Hours es un disco corto —poco más de cuarenta minutos- en el que tienen su espacio casi todas las facetas que Kotzen ya nos ha mostrado en el pasado como compositor y como intérprete. Hay algo de What Is, Something to Say o del enorme Into The Black, aunque quizá con un toque funk y soul más presente que en otras ocasiones. Y es que, decir de un nuevo disco de Richie Kotzen que es más de lo mismo siempre es una buena noticia.
Texto: Juan Manuel Vilches
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