Cuando un grupo llamado Boston editó su primer LP utilizando el nombre del proyecto para titularlo no tenían ni la más remota idea de lo que dicho vinilo causaría en la escena del rock más melódico. Era 1976 y el adult oriented rock como tal no estaba aún definido de una manera nítida; sin embargo, y gracias a un disco debut que se ganaría el puesto número 3 de las listas estadounidenses, el invento de Tom Scholz definiría una manera de intimar con el pronto andante género caracterizada por acercarle algo de art rock —Styx igualmente fijaría las intenciones en un melódico más sinfónico cuando comienza a editar sus obras de presentación—. Ese álbum es recuperado por entero en los conciertos de Rock And Roll Band, interpretando desde el ‘More Than A Feeling‘ que abría el redondo —y que ellos, para engrandecer la segunda mitad de sus conciertos, dejan en la lista de cola cercana a los bises— hasta el ‘Let Me Take You Home Tonight‘. Ocho canciones que se redondean en quincena tirando de composiciones siempre agradecidas del segundo y tercer lanzamiento de los Boston en sus diez primeros años de camino.
No hay que olvidar que la agrupación en la que se lucía Scholz, Brad Delp y Barry Goudreau tuvo una segunda vida con dos nuevos trabajos en 1994 y 2002, lanzamientos en los que Goudreau desaparece y Delp sólo se anima asistir en segunda instancia (es decir, en el definitivo Corporate America). Al ser CDs que casan en menor medida con el espíritu original de Boston, Don’t Look Back y Third Stage, se entiende que no rebusquen en sus núcleo a la caza de alguna tonada que incluir en este tipo de eventos. Aun así, las grabaciones presentadas en 1978 y 1986 lucen cual representante un acertadísimo compendio de cortes excepcionales: ‘Don’t Look Back‘, ‘Don’t Be Afraid‘, ‘Amanda‘ —momento en el que Iñigo García saca del atrezo de la sala un carnero de peluche y, rebautizándolo con el nombre que titula la canción, le canta quedamente y con ojos acaramelados—, ‘Used To Bad News‘, ‘Party‘ o el ‘It’s Easy‘ con el que se abrió la noche.
La formación al completo de Rock And Roll Band la conforman dos guitarristas (Óscar Pacho y Chema García), un baterista (Bernardo Ballester), un teclista (Eduardo Sala, que toma puntualmente la tercera guitarra de la apuesta), un bajista (Tony Ferrer, que se vería sustituido aquel viernes por el componente de Momo Diego Miranda) y, atención, cuatro voces: la solista y principal de Iñigo García, una segunda primordial de Nohemi Sala y los coros que aliñan a la perfección Chema y Eduardo desde sus respectivas posiciones. Todo cobra un sentido supremo a la hora de medir el detalle de todo lo que se podía escuchar en los vinilos de Boston, añadiendo guiños a la audiencia como ese final de ‘A Man I’ll Never Be‘ en el que Iñigo canta «Any way the wind blows» —o lo que es lo mismo, las últimas cinco palabras de cierre en el ‘Bohemian Rhapsody‘ de los británicos Queen—. No fue mi primera vez ni será la última, espero verte en la siguiente.
Texto: Sergio Guillén. Fotos: África Paredes
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