Cuando parecía que ya habíamos vivido todo lo que Roskilde tenía que ofrecernos llegó una nueva edición, la número 50, y el festival más importante de la europa continental nos volvió a entusiasmar y lo vivimos como si fuera la primera vez. Hay conciertos a centenares, claro, pero también teatro improvisado, arte, un momento de asueto para cocinar nuestro propio Snobrød, probar kombucha ecológica o sentir el orange feeling, un sentimiento inexplicable para los que nunca hayan acudido a esta cita estival.
Llegamos el martes, con la festiva traca final de los -como ellos los llaman- warm up days. Esta “mini” preparación previa de sábado a martes consta de dos escenarios, un cartel con 42 grupos nórdicos, debates, charlas, talleres diversos y, allá donde te lleven tus pies, centenares de fiestas de toda condición, etiqueta (the weirder the better), concurrencia y estilo musical. Para que os hagáis una idea, lo que llaman días de calentamiento tiene más asistencia que el Mad Cool.
El miércoles es el primer día con el recinto principal abierto, y en nuestra primera visita al renovado Avalon Stage Fontaines D.C. nos dieron el inicio ultravitaminado que necesitábamos. Tres discos después han perdido velocidad pero su post punk bajado de revoluciones sigue manteniendo el nivel de energía a tope. Con ‘Chequeless Reckless’ damos por inaugurada la temporada de pogos en Selandia. Cambio de tercio con la actuación de Anitta, que fue recibida con gritos de histeria por los aficionados locales. No nos convenció: problemas de afinación, muy justa de voz en los agudos e incoherentes giros estilísticos: ahora algo brasileño, luego meneo de cadera, más tarde un tema que firmaría Avril Lavigne… Una diva reemplazable y sin personalidad.
Buscando algo de baile encontramos a los funkadélicos cubanos Cimafunk, que se autodefinen desde el principio con su ‘Caramelo’: “Lo que te mueve, lo tengo yo”. Lo consiguen con el bajo funky que siempre precisa este tipo de formación, algunes apuntes raggamuffin y unos daneses a los que les encantan los estribillos en castellano. Cruzamos el terreno de punta a punta para presenciar el debut del Apollo, escenario electrónico, con el concierto de Grandson, que convenció con su estilo de rápidos fraseos acompañados de chispazos de subgraves. Pese al despliegue sónico inicial no tiene miedo a la falta de electricidad, ofreció parte de su set en acústico e incluso tuvo un recuerdo para los afectados por la derogación de la ley del aborto en EEUU.
Nuestros compañeros hablaron maravillas de ellos en el pasado Azkena, así que no tuvimos más remedio que encaminarnos hacia el concierto de Daniel Romano’s Outfit. Las recomendaciones fueron certeras, y un público más veterano de la media disfrutó de una banda de rock clásico con armonías country y aguerridas coristas que no daban ni un segundo de respiro entre canción y canción.
Los dos cabezas del día se solapaban, uno nacido en el 48, otro en el 95, sus estilos y público son dispares. Robert Plant & Alison Krauss maravillaron con los temas de su segundo largo juntos ‘Raise The Roof’. Son capaces de generar una atmósfera íntima para 15.000 personas durante ‘Price of Love’, Krauss añade violín a la celebérrima ‘Rock and Roll’ y aún soñamos con el trance mágico que desata ‘When the Levee Breaks’. El inglés, verdadera realeza de la humanidad, desprende majestuosidad con sus gestos y ademanes. “Es el mismo escenario, la misma carpa que hace tres años. Me hace feliz estar de vuelta” declaró.
Abarrotado como en las mejores ocasiones con más de 100.000 espectadores, en el escenario Orange sonó el autotune a todo trapo para uno de los capos del momento. Ídolo absoluto de la generación Z, Post Malone monta un auténtico show él solito sin necesidad de banda ni nada.
Para finalizar la jornada uno de los grupos de moda, Turnstile han conseguido con su disco ‘GLOW ON’ de 2021 estar en todas las listas de lo mejor del año y, mucho más revelador, que su hardcore les guste a todas las audiencias. En directo refrendan su status y montan un espectáculo donde está prohibido no saltar. De pogo en pogo desgranaron casi entero su último plástico con mínimas incursiones en sus otros tres lanzamientos. Tremenda fiesta, uno de los bolos del festival. Están consiguiendo lo que parecía que iban a conseguir Refused. The Shape of Hardcore to Come.