Press tour
El segundo día grande en el evento cultural más importante del norte de Europa es el día del press tour, donde podemos descubrir la cara B del festival charlando con voluntarios, artistas o trabajadores mientras recorremos escenarios entre bambalinas. Johan, un sueco que lleva casi 30 ediciones a sus espaldas proclama orgulloso: “El festival de Roskilde es como si el espíritu de Woodstock siguiera”.
Bajo una intensa lluvia conocemos los entresijos del escenario Gaia de la mano de su Stage Manager. “A lo largo de la semana aquí trabajaremos 79 voluntarios. Como el escenario es nuevo somos una mezcla de gente que llevábamos ya trabajando varios años en otros escenarios” comenta sobre una ubicación que cumple su segundo año en el festival mientras recicla la carpa del antiguo Pavilion. “Estamos muy enfocados en ofrecer una buena experiencia, no sólo al público, sino también a los artistas. Este es un escenario pequeño (2000 de capacidad), pero muchos grupos daneses hacen aquí el concierto más importante de sus vidas -incluso alquilan luces y equipamiento sólo para la ocasión- y queremos que lo recuerden de la mejor manera posible”.
Una de las artistas programadas en el Gaia para esta edición es Greta, una alemana afincada en Dinamarca desde hace más de una década. Ha editado 3 discos y factura synth pop con cuidados estribillos. Como prácticamente todo danés ya conocía el evento: “Claro que he venido al festival como público, tengo a muchos amigos en el camping”. La conversación deriva en la gran presencia femenina en el cartel. Además, como mujer, valora la safe space policy que impera en Roskilde, aunque advierte que no toda la industria es así “Las cosas están cambiando, pero al final siempre tienen más oportunidades las que encajan en el molde de young & fuckable” lamenta.
Antes de abandonar el backstage nos llama poderosamente la atención un cartel “Keep calm and blow bubbles”. El día anterior habíamos visto surgir burbujas detrás de muchas vallas así que preguntamos al responsable del escenario. El stage manager ríe: “Es relativamente sencillo conseguir una máquina de burbujas en Roskilde, y es una de esas cosas que hace que todo mejore”.
Jueves
Prosigue el aguacero, volvemos a la parte del Gaia accesible para el público y están actuando Staples Jr. Singers, veteranísimos del gospel enraizado en el Mississippi, aunque en directo el blues esté más presente. Paró de caer agua y nos acercamos a disfrutar el speed metal a tope -bien ejecutado pero sin originalidad- de las niponas Lovebites. Happy metal coreografiado mientras nos secamos al sol. Olor a perro mojado en toda la concurrencia.
De vuelta al Gaia la propuesta acústica y delicada de Kara Jackson se diluía ante el atronador sonido del escenario contiguo. Algo a mejorar para las siguientes ediciones. La cantautora de Illinois precisa de ambientes más recogidos para relatarnos sus historias de vida. Zar Paulo juegan en casa. Son unas de las bandas danesas con fama de mejor directo y acudimos a comprobar su dominio de las masas nórdicas. Efectivamente tienen fuerza y suenan bien. Además ejecutan el siempre efectivo truquito de lanzar pelotas al público. Pero no dejan de ser unos The Killers de Hacendado… perdón, de Rema 1000. Miss Caffeina se los comerían con patatas.
2024 ha sido el año con más presencia española en el cartel con Marina Herlop, Bad Gyal y Mabel. Bueno, quizás con calzador esta última, que aunque nació en Alhaurín el Grande vive desde hace mucho en Londres (es hija de los míticos Neneh Cherry y Cameron McVey).
Marina Herlop ha sido apodada la Björk española, y su arriesgada propuesta de electrónica con letras en catalán y muchas armonías de voces ha obtenido una gran respuesta desde los ambientes más abiertos. Ya bajo un reluciente lorenzo acudimos a la llamada de Rhiannon Giddens, country con banjo y violín para relajarnos a la hora de la siesta. Una constante en este festival son las formaciones africanas, y del desierto llega la música de Kader Tarhanine, en la senda de otros tuareg como Tinariwen.
Cambiamos de tercio, Stuart Murdoch no afinó una nota en su primer tema. Menos mal que su monitor empezó a funcionar y el resto de su repertorio fue excepcional. En su primera vez en Roskilde, bajo un sol radiante y frente a un público talludito los temas de Belle and Sebastian funcionaron a la perfección. ‘Get Me Away From Here, I’m Dying’ con bailes y proyecciones vintage, ‘I Want The World To Stop’ con teclados, cello, bajo palpitante y subidón final o ‘Piazza, New York Catcher’ con su ritmo folky.
Esta última la presentó como “Una canción para mi mujer, sobre cómo nos conocimos. Soy algo chapado a la antigua” admitió Murdoch. Para terminar de triunfar nada mejor que una invasión de escenario durante ‘The Boy With The Arab Strap’, con un frontman superlativo que terminó de encandilar a los oriundos firmando la típica gorra de graduación danesa. Carisma a raudales.
Una de las cabezas de cartel del día, Ice Spice, no nos gustó nada. Derivativa sin más novedad que una imagen más anaranjada que sus compañeras de mainstream. ¿Segmento y&f?. Buscando música que nos creyéramos emulamos el tupatupa en temas de 70 segundos de Gel. Mientras tanto, en el escenario Avalon los palestinos 47 Soul luchaban por la supervivencia de su cultura a través de bailes folklóricos combinados con ritmos árabes y electrónica.
Cruzamos hasta el Arena para saborear el sonido mántrico y viajero de Khruangbin. Su música ha ido evolucionando sin perder su identidad y en directo son muy buenos, imprimiendo siempre el groove adecuado. Se muestran grandes y en crecimiento con su nuevo disco A La Sala. Por ponerles un pero, les recordábamos más movidos sobre un escenario
Cuando una amplia mayoría de artistas mainstream son menos creíbles que un billete de 7 euros es aún más valioso que lleguen nuevas apuestas como The Last Dinner Party. Estas mujeres han sido uno de los fenómenos musicales del año con Prelude to Ecstasy, un disco rompedor que ha refrescado la escena.
Vestuario glam oldie, genialidad por la vía Sparks y agudos que recuerdan -mucho- a Kate Bush. Las londinenses han explotado sin vuelta atrás, el año pasado les vieron 4 personas en el Smukfest y ahora el Eos se les quedó pequeño. Su directo es solvente, y no son la salvación absoluta del rock, como muchos titulares pronostican, pero sí un gran ejemplo del mejor rock de los últimos años con tantas buenas referencias en la coctelera.
Smag På Dig Selvdk “Pruébate a ti mismo“ en danés, son dos saxos y un batería ejecutando jazz loco punkificado con influencias de la electrónica más bailable. Rollito The Comet Is Coming menos épico pero más divertido. Gran acierto, lástima que solapó parte de su tiempo con PinkPantheress. La joven británica es una artista que pone en buen lugar el pop, con bonitos estribillos enraizados en temas con toques rock, jazz o incluso disco. El batería y el bajista aportan al conjunto un soporte muy orgánico y, al contrario que muchas cantantes del palo, Vicky Beverly Walker canta y no hace un concierto igual. Su calidez vocal atempera la noche aunque se eche de menos algo más de variedad en sus composiciones.
Con luces, fuegos y buen sonido es otra cosa. Skrillex el año pasado en el PS madrileño nos dejó con mal sabor de boca, con muchos miles de personas abandonando el recinto tras Fred Again… En Roskilde hubo una gran asistencia y se admiraron los fuegos artificiales que tanto gustan a los daneses, que bailaron todos los hits del DJ californiano.