Cuarto año consecutivo con musicopolis.es en el festival danés, Roskilde es una ciudad a 35 kilómetros de Copenhague conocida, entre otras cosas, por su museo vikingo, pero lo que pone cada año a esta pequeña localidad en el mapa es el festival de música, siendo esta edición la número 47, en la que se llena de decenas de miles de personas para pasar una semana inolvidable.
Hagamos repaso de lo que dieron cuatro días de deambular sin descanso entre los seis escenarios principales. Comenzamos con la ropa seca el primer día -cómo cambiaría esto- con la potencia de A Day To Remember, enérgicos pero muy similares a tantas otras propuestas. Cambiamos al atronador punk de IDLES, con acentazo inglés -hecho que nos recordó a otros grandes paletos, Sleaford Mods- murallas de guitarras con sonido post-punk o punk 77 según la canción y un batería como deberían de ser todos.
Tras un rato con los sonidos pesados de Red Fang y su machacante stoner, pasamos al escenario Orange, lleno para ver a una de las estrellas del momento, The Weeknd, más que posiblemente, los cabezas de cartel para el público adolescente y atestiguamos la locura del público con sus temas de funk, remozado y actualizado siguiendo la escuela Michael Jackson. En la otra punta del recinto Dregen y Nicke Andersson levantaron sus guitarras y The Hellacopters dieron una de sus habituales lecciones de rock and roll donde menos es más, se anunció que el setlist constaría de su primer largo Supershitty to the Max, pero también añadieron otros cañonazos como The Devil Stole the Beat from the Lord.
Nos desplazamos de nuevo de escenario para asistir al concierto de Hamid El Kasri, con su conjunto de Gnawa, música subsahariana empleada como medio para llegar al trance. Además tuvieron la colaboración del viejo conocido Justin Adams (colaborador también de Robert Plant o Rachid Taha). El ritual es enérgico, con el sonido metálico de las castañuelas marroquíes como fondo y los percusionistas bailando hasta que, para cada final de canción, rodean todos al líder hasta el clímax. Adams lleva décadas estudiando la música africana, no deja de sonreír y deja perlas pedagógicas sobre El Kasri: “If rock and roll is a science, then he is a master scientist”. Cerramos el primer día con Justice en el escenario principal, un juego de luces a la altura -hay que aprovechar las pocas actuaciones que se celebran sin sol- y muchos hits mientras empieza a llover. Mucho.
Eclecticismo desde el primer minuto del segundo día, empezamos con el bluegrass de Pert Near Sandstone, que homenajearon a su paisano Prince – todos de Minneapolis- tocando Kiss. Future Islands mejoran mucho en directo, el carisma del cantante es su principal activo y su show convence a los escépticos. Llega el momento de una actuación histórica en el Orange Stage, The Savage Rose es una banda muy reconocida en toda escandinavia, formados en 1967, han bebido de todas las fuentes del rock clásico y el público más entrado en años del festival disfrutan de Freedom to Love o Wild Child con la voz rasgada y los aires sesenteros de la cantante Annisette Koppel (una celebridad en su país que sale en revistas de moda). Hasta hicieron un bis adicional, algo realmente extraño en Roskilde.
“¡Viva Dinamarca y la cumbia!” Mucho entusiasmo desde el escenario mostraron Dub de Gaita, que en directo son Los Gaiteros de San Jacinto, formación tradicional colombiana con más de 70 años de historia, con el añadido de los sampleos y las sonoridades de Mister Gomez Sound System, un experimento cuando menos curioso. De la alegría de los sudamericanos a la miríada de pérdidas sentimentales y dramas varios que pueblan las letras de Margo Price, americana con voz nasal y sombrero acompañada de una potente banda con aires sureños. Cambio de escenario y horario para uno de los hypes de la temporada, Princess Nokia llenó el escenario Apolo de consignas feministas y antiracistas a primera hora de la tarde, además de las rimas había dado una charla en la zona de art talk unas horas antes que también tuvo mucha afluencia, una de las decenas de actividades artísticas y culturales que suceden en el festival cada día.
Seguimos con más mujeres, en esta ocasión la veteranísima Elza Soares, 80 años y reina de la samba, su voz áspera sonó desde un trono apocalíptico mientras ondeaban banderas brasileñas. El escenario Orange es muy grande y hay grupos, a priori importantes, a los que se les hace grande, este fue el caso de Royal Blood, que lanzaron todo su arsenal de píldoras instantáneas ante un público frío, actuaron 50 minutos, puede que no fuera su día. Llega el turno para el primer grupo extremo del día: Oathbreaker generan atmósferas agobiantes, abanicando riffs lentos y pesados hasta llegar a la explosión de rabia gutural de su cantante Caro Tanghe, excelentes los belgas.
El rapero Gucci Mane es puro instagram, bien pagado de sí mismo, su actitud de supuesto mojabragas sólo engancha -al menos en directo- a los más ingenuos, su imagen es su música. Menos mal que nos topamos a continuación con Hamilton Leithauser y su genial voz, plena de inflexiones y coloridos en bonitas canciones. Luces amarillas y verdes para Jah9, donde se reunieron todas las rastas del festival. El vozarrón de Janine (nombre real de la Jamaicana) recordó en cada canción que el reggae es música para la revolución.
Vuelta momentánea a los años 80 en el concierto de Erasure, con sus sintetizadores y sus coristas, dos décadas después la electrónica tiene otros sonidos, como bien vimos con The XX, con el escenario principal a toda potencia y decenas de miles de personas bailando bajo la lluvia su batería de éxitos. Seguimos la noche con el rock enérgico a los Stooges aderezado con saxofón de Viagra Boys, sonidos lisérgicos atrapados entre guitarras. High On Fire subió el volumen al máximo y tronaron al compás de miles de headbangers, mientras que en la otra parte del recinto The Jesus and Mary Chain cerraba el día envueltos en sombras mientras interpretaban su repertorio más denso.
La mañana del viernes traía como plato fuerte la actuación de la Tivoli Philarmonic Orchestra, con la novedad de que la orquesta se repartió entre el público, dentro de la inmensa carpa que es el escenario arena, con capacidad para 17000 personas. Los integrantes de la orquesta danesa no podían ocultar su entusiasmo con una propuesta que incluía grandes éxitos de música clásica como los planetas de Holst, el concierto número 3 de Brandenburgo de Bach, parte de Romeo y Julieta de Prokofiev o Champagne Galop del compositor danés Lumbye. Excelso final con el director dirigiendo con el estandarte de Alien & Cow, histórico.
Antes de rodear las diferentes secciones de la orquesta con miles de chubasqueros pudimos ver y sentir el sudor de ’68, un dúo de batería y guitarra y voz, con todas las virtudes y defectos que una banda de este tipo tiene, pero con el gran añadido de verles a un metro. Angel Olsen presentaba uno de los discos del año pasado, y a pesar de esto tuvo que mandar callar la puta boca a un público que estaba más pendiente de resguardarse de la lluvia que de su música.
Proseguimos el trasiego entre escenarios embarrados con el folk tranquilo con mucha orquestación de Afenginn, mientras que en el escenario principal Father John Misty, acompañado de la misma orquesta que habíamos visto 5 horas antes, combatía con su habitual elegancia la fuerte lluvia y el viento. Momento de rendirse a Frank Zappa con Mats Gustafsson’s nu ensemble, 15 músicos homenajeando al Zappa más teatral y locuaz.
En los escenarios cubiertos el ambiente estaba bien cargado, y las bandas redoblaron sus esfuerzos para que los bailes con katiuskas fueran tan entusiastas como sin ellas. Against Me! no sólamente son una de las mejores propuestas punk de la actualidad, también portan en cada bolo su mensaje de respeto transgénero. El combo de salsa La Mambanegra montó una auténtica fiesta latina en el escenario Avalon, con centenares de rubios dando sus mejores pasos salseros.
Llegaron los grandes capos del día, Foo Fighters sobrevivieron con matrícula a 2 horas y 10 minutos de concierto bajo la lluvia y con barro -y móviles- volando, parece fácil con un repertorio como el de los de Seattle, pero se necesita algo más para Cerramos el día con Lorde, que ha sacado uno de los mejores discos que hemos escuchado en los últimos tiempos, en directo fue todo un éxito, aunque sospechamos de que mucho de lo que salío por los altavoces estaba pregrabado.
Llegó la calma meteorológica el sábado, y con The Lumineers nos reconciliamos con la naturaleza, gran momento hippie a las 4 de la tarde mientras entonamos Stubborn Love. Halsey consiguió empatizar con el público de inmediato calzando botas de lluvia, su hit de caerpediem: hit now or never. El gran Ice Cube fue el respuesto de lujo para la cancelación de A Tribe Called Quest, recitó sus hits de NWA (Straight Outta Compton, Fuck tha Police) y comentó cuánto echaba de menos al recientemente fallecido DJ Crazy Toones.
Tiempo para Neurosis, que aúnan precisión con oscuridad, afortunadamente la necesidad de sonar perfecto para disfrutar de este tipo de música se hizo realidad en la carpa Avalon. El trash clásico de Anthrax resultó uno de los bolos del día, están en plena forma y tanto Scott Ian como Joey Belladonna rebosan autenticidad y carisma. Pasamos al escenario grande para disfrutar de Arcade Fire, que presentaron tres canciones de su nuevo plástico Everything Now, pero el grueso y los vítores del bolo salen de su Funeral y The Suburbs. Every time you close your eyes (lies, lies!).
Calle 13 se acabó, pero René Pérez tiene otra historia bajo el nombre de Residente, su primer disco homónimo es una maravilla donde mezcla hip-hop, música africana, ritmos latinos. Es curioso ver cantar a los escandinavos canciones como Vamo’ a portarnos mal. Con Moderat, la electrónica resultante de sumar Modeselektor y Apparat bailamos y nos despedimos de Roskilde hasta el año que viene.
La 53ª edición del icónico festival danés sin ánimo de lucro se celebrará del 28…
Aún no hemos empezado con los rankings del 2024, pero si hay algo que tenemos…
El Azkena Rock Festival (ARF) ha anunciado hoy los primeros nombres de su 23ª edición,…
Reinventarnos en cada disco ha sido nuestro mayor desafío Sólo hay que mentar a Doctor…
La iniciativa SOM VALÈNCIA está en marcha y ha revelado la programación de conciertos que…
El concepto, filosofía, visión y propósito del LEV (Laboratorio de Electrónica Visual) es, probablemente, nuestro…