¡12 años!12 años esperando para volver a ver a Hepcat, el grupo que hizo que mi pasión por esta música se convirtiera casi en una religión y una forma de vida. Me siento un privilegiado porque, aunque ya los había visto 2 veces en Madrid —qué tiempos aquellos-, en mi interior sentía la necesidad de volverlos a ver actuar. Así que desde aquí sólo me cabe dar las gracias a la organización por este regalo tan magnífico.
Vayamos por partes. El Rudecat (www.rude.cat) es un festival dedicado al ska y reggae que lleva unos cuantos años —y que sean más, por favor- trayendo a lo mejorcito del panorama mundial. Imagino el esfuerzo, las horas y los quebraderos de cabeza que debe suponer semejante organización de este festival, a veces de dos días y otras de uno. El cartel de este año para la Sala Mirona —si no la mejor, una de las mejores salas dónde he estado- era espectacular, formado por los catalanes Thorpedians, los londinenses Delegators, el gran Mr. T-Bone (sustituído a última hora por los también catalanes Soweto. El rumor era que el italiano iba a ser padre y lo primero es lo primero, por mucho que pese), los franceses y espectaculares Aspo y los americanos Hepcat.
El concierto empezó con Thorpedians. Es una lástima el tema de los horarios, porque a esas horas, las 8 de la tarde, la sala no es que presente su mejor aspecto, resultando el ambiente algo desangelador. Los catalanes presentaban su segundo compacto, destacando por su early reggae bien elaborado y refinado.
La baja de Mr. T- Bone fue solventada con la incorporación de Soweto. Sacaron en el 2008 el disco You Give Me Fever, en el que se homenajea el ska más antiguo y puro jamaicano. La voz del cantante, Oriol Rovira, también intenta recuperar ese típico sonido jamaiquino. La verdad es que a mí el disco me pareció algo cansado de escuchar, pero también hay que reconocer que los catalanes en concierto son una verdadera máquina de hacer bailar a la gente, sobre todo cuando se indaga en las raíces más profundas y que tanto echamos de menos en numerosos grupos. Se oyeron todos sus temas más conocidos de este disco, Pretty Girl, Everybody Ska, I Will Never Let You Go … Buena elección para empezar a calentar el cuerpo y no lesionarse durante los bailes que aún quedaban.
Les llegó el turno a los londinenses Delegators, grupo sobre todo de rocksteady-soul, aunque con algún tema skatalítico en su repertorio, y en el que estuvo tocando el teclista de Granadians, el fabuloso Teddy Dos Dedos.
Buenos músicos aunque demasiado sobrios sobre el escenario; su cantante, Janet Kumah, es pura energía, regalando al público lo que quería ver y oir, voz espectacular, tirando a soul en muchas ocasiones, y bailes imposibles, sobre todo para los que somos chicos que nos dejamos las caderas siempre en casa antes de ir a un concierto. Gran alegría me dieron cuando se versionaron Come Now de Ethiopians —fabuloso combo de rocksteady y reggae de los 60’s-. Por lo demás, temas propios de rocksteady y reggae, que hicieron que el personal allí presente se empezara a poner a punto con lo que vendría después.
Y lo que vino después fueron los franceses Aspo. Para mí la gran revelación del festival. Qué pena que no se dejen ver por tierras estatales más a menudo, de hecho era la primera vez que les veía porque creo que nunca habían tocado por aquí. Su disco más conocido, Workin’ On A Groovy Thing (2003), lo sacaron como grupo de acompañamiento del ya desaparecido Alton Ellis, en el que recuperaban y grababan sus viejas canciones en directo. Con una puesta en escena soberbia, 2 saxos, trompeta, trombón y contrabajo — ¡qué sonido más especial!- fue un concierto brutal.
Con un sonido ska-jazz , incluyendo muchas canciones instrumentales en su concierto, y un cantante con mucha clase, aunque con poca voz, fueron disparando todo su repertorio, lleno de versiones la mayoría, tanto del propio Alton Ellis —Girl I have got a date-, como de otros clásicos del Skinhead Reggae como This boots are made for walkin de Nancy Sinatra pero inmortalizada dentro del mundillo jamaicano gracias a Symarip, Do the Moonhop de los también Symarip, Rudies no Fear del gran Derrick Morgan, con toasting incluído del cantante francés en mitad de la canción muy suculento y You must catch a train de Roy Ellis (cantante de Symarip), bonito rocksteady que pone los pelos de punta. Un verdadero homenaje a ese reggae premarley y que no hubiera sobrevivido si no fuera por unos tales Skinheads, tan odiados por unos —pura incultura. ¡Hay que informarse más!-, pero que su pasión por estos ritmos NEGROS —sí, lo pongo en mayúsculas- les hace tan necesarios.
Y llegaron los angelinos Hepcat. Creo que podría escribir sobre ellos durante horas pero mi espacio es limitado.
Una persona que quiero mucho siempre me ha dicho que, a veces, comer es mejor que un orgasmo. En mi caso esto sucede con algunos conciertos, porque así es como estuve durante las dos horas que duró “el goce”. Dos horas de puro orgasmo en el que mi cuerpo no podía dejar de bailar, de gozar, de trasladarme a otros mundos, oníricos la mayoría de las veces. La alegría fue a más cuando sobre el escenario salieron los 2 cantantes, Greg Lee y Alex Desert. Éste último, actor de series en Estados Unidos, sólo gira con ellos por tierras yanquis así que la sorpresa de los allí presentes fue supina. Aparte del fundador del grupo junto a Greg Lee, el teclista Deston Berry —chico muy formal el americano, en su silla tocando sin mover un músculo pero un verdadero placer oírle-, también estaba, de los que pude ver hace 12 años, el saxo tenor Raúl Talavera y el trompeta Kincaid Smith. Vamos, que salvo el bajista original, Dave Fuentes, fallecido recientemente en un accidente de circulación, ¡estábamos viendo a casi toda la formación original!
La voz de estos dos personajes y su compenetración hace que nos traslademos a esos años en los que Jamaica con su pegajoso calor estaba plagada de grupos de rocksteady —Ethiopians, Paragons, Pioneers- formados por varios cantantes con unos juegos de voces espectaculares. Aunque en el caso de Hepcat, son capaces de combinarlas perfectamente para salir de sus gargantas tanto rocksteadys, como el ska más bailable y cuidado. Sonaron todos sus grandes éxitos, desde el ska cantado más marchoso como es Skavabaam, Hooligans de Bob Marley — ¡sí, Bob con 16 añitos cantaba ska!-, Dance Wid’ Me, Country Time, el instrumental Clarence Thomas, la genial Marcus Garvey, I Can’t Wait, Relation, con el que comenzaron el concierto, hasta el rocksteady perfectamente conjuntado de Nigel —qué canción dios mío-, Dance Wid’ Me, Come Out o la caribeña Rudies All Around —¡Ron&Cocacola!-, y por supuesto, el reggae más clásico con la versión del Reggae Fever de The Pioneers. La sala se volvía loca, bailando hasta no poder más y, sobre todo, cuando sonó, al tercer bis, el tema más bailable y conocido de ellos, No Worries, un pedazo ska a dos voces que puso punto y final a esta memorable noche.
Tras el espectáculo, sesión soundsistem de ritmos sincopados, desde lo más antiguo de los 60’s pasando por la 2 Tone y el ska más moderno. Gran sesión para cerrar este gran festival —que casualidad que esa noche cambiaban la hora, por lo que la fiesta duró un poco menos. Ya la podían haber cambiado otro día-.
Concierto para recordar toda la vida. Gracias otra vez a la gente de Rudecat por darnos esta oportunidad, que espero alguna vez se vuelva a repetir. Y sobre todo a ti, Patricia, que a pesar de quedarte en tierra tuviste el suficiente valor para coger un tren hasta Barcelona y otro a Gerona para llegar a ver a tus queridos Hepcat.
Tío Pauleras
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Totalmente de acuerdo tio pauleras, fue la gran bomba ;), y chic@s no olvideís mirar la caducidad del dni al pillar el avion, esto es toto amigos!
muy buena tio pauleras!!!...que pasa con esa cronica de los aggrolites??????