Artista: Rusos Blancos
Título: Tiempo de nísperos
Sello: Ernie Producciones
Fecha de publicación: 2 de abril de 2013
Más información: https://rusosblancos.bandcamp.com/
Listado de canciones:
Dudo que el amor nos salve
Orfidal y caballero
Baile letal 3
Hogareña
Oro, disfruto
La playa de los locos
Bonito cortejo
Marina
Se me enamoran
Algunas cosas sobre mí que aprendí estando contigo
La banda que tomara su nombre y lo pluralizara de la bebida favorita del personaje El Nota (El Gran Lebowski) publica su segundo larga duración y lo sitúa entre los discos más destacados de la escena pop de este 2013; y lo hace tras volver a llamar la atención de la prensa especializada con su anterior trabajo: Hijo Único, uno de los EP’s mejor considerados durante el año pasado. Con este nuevo lanzamiento la formación intenta hacerse hueco entre los grandes, demostrando que su capacidad compositiva y creativa está fuera de toda duda y que puede competir con la de otros grupos de características similares pero que el tiempo y la consagración ya les desmarcaron de la mayoría.
Intenciones, buscadas o no, las hay… aunque la realidad de la ley de la oferta y la demanda exige algo más que buenas intenciones. Tal vez el exceso de candidez de la banda sea uno de sus principales obstáculos a la hora de entrar en el inconsciente popular cuando se crean las asociaciones y comparaciones de las que nadie, por mucho que reniegue, puede escapar. Este condicionante entra en directa contradicción con ese grado de madurez que la formación ha alcanzado y que demuestra un crecimiento tan disciplinado como maduro, si se me permite esta licencia en concordancia al título del álbum.
A Tiempo de nísperos le avala el cariñoso recibimiento que le he deferido prensa y público; su calidad lo merece y, si los elogios han sido tantos y desde tan diferentes focos es porque la exquisitez y el detalle conforman el epicentro de este buen trabajo. Y a pesar de ello, la languidez solapa en su exceso a la melancolía, transformando las historias en un collage de emociones abstractas tan irregulares que acaban deformando el sentido y la unidad para ofrecer al oyente un seguido de ascensos y descensos que acaban desembocando en una pérdida de interés por el replay de una manera tan sutil que uno no es capaz de identificar su desconexión paulatina con el álbum hasta que lo redescubre alojado en una pila reforzada por el tiempo.
¿Recomendable? Por supuesto. Descubrir las historias por vez primera es una delicia que merece ser disfrutada; a nivel técnico este trabajo se merece la etiqueta de inmaculado y, sin duda, estamos ante un disco mucho mejor que sus predecesores. Aun así, su digestión sonora es casi de disfrute inmediato reservando su goce atemporal a seguidores y amantes de un pop con tendencia a la apatía romántica.
Raül Ruiz
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