Hace ya siete años que vimos en acción a Ryoji Ikeda en el Reina Sofía y no podría alegrarnos más que pasado todo este tiempo, siga cautivándonos como el primer día. En aquella ocasión llevó a cabo el concierto “dathaphonics” y consistió en experiencia cuadrafónica en la que no hubo visuales, sólo sonido y ausencia de luz. Además de reinventarse cada año y no dejar de experimentar, su propuesta techno-minimalista de carácter sonoro-visual sigue siendo única y por ello es uno de los creadores contemporáneos más valorados de la música experimental a nivel mundial.
Mientras que el año pasado nos deleitó con su proyecto “data.tecture [5 SXGA + version]” en el LEV 2013, en esta ocasión ha regresado con una propuesta más ambiciosa todavía y que ha denominado “test pattern”. El lugar escogido por el japonés afrancesado para presentarnos su nueva obra fue el Espacio Fundación Telefónica y además de ofrecer un concierto exclusivo, inauguró la instalación artística “data.path”, cuyo objetivo es desafiar y explorar los umbrales de nuestra percepción por medio de una mezcla de luz, sonido y matemáticas. Una deliciosa rallada que pasa por museos y salas de todo el mundo y combina instalaciones multimedia, performances, conciertos audiovisuales y CD’s. Este peculiar túnel de datos puede visitarse hasta el 5 de enero de 2014
El caso es que el pasado 27 de septiembre Ryoji Ikeda logró lo que se propuso: un desbordamiento sensorial por parte del público para que acabáramos sintiendo como las frecuencias de su sonido se colaban en nuestras entrañas y jugaban con ellas como si fueran espaguetis. A partir de una estética deshumanizada, futurista e industrial fue construyendo paisajes sonoros, aparentemente anacrónicos y pincelados con ultrasonidos matemáticos que hicieron vibrar suelo y cielo. El concierto fue un homenaje al caos de la sociedad de la información, traducido a la belleza del rítmico audiovisual. El esfuerzo de todo aquel que lo contempla es el de buscar una cohesión conceptual, pero el excéntrico Ryoji se niega a que le fotografíen, entrevisten, y mucho menos dotar de una explicación a sus obras, alegando el clásico “quiero que el público lo experimente sin ideas preconcebidas”. Eso hicimos, desde luego, y una vez más no supimos ni lo que vivimos, pero aún así salimos con un zumbido interno que tardó un buen rato en morir en las yemas de nuestros dedos. Y sea lo que sea eso, hay pocos artistas que logren provocar ese efecto.
La 53ª edición del icónico festival danés sin ánimo de lucro se celebrará del 28…
Aún no hemos empezado con los rankings del 2024, pero si hay algo que tenemos…
El Azkena Rock Festival (ARF) ha anunciado hoy los primeros nombres de su 23ª edición,…
Reinventarnos en cada disco ha sido nuestro mayor desafío Sólo hay que mentar a Doctor…
La iniciativa SOM VALÈNCIA está en marcha y ha revelado la programación de conciertos que…
El concepto, filosofía, visión y propósito del LEV (Laboratorio de Electrónica Visual) es, probablemente, nuestro…