Antes de que la segunda jornada del festival diese comienzo, la organización pasó una nota de prensa en la que reconocía que el sistema de pago con tarjeta no era una opción fiable, así que decidió optar por prescindir de ella para el pago de bebidas, ofreciendo como alternativa el pago directo con dinero en efectivo en las barras. Sin duda una gran resolución para los asistentes, los cuales evitarían las colas de adquisición de tiquetes de bebidas, aunque un riesgo de fiabilidad en los ingresos para los organizadores. También ofrecieron la posibilidad de que aquellos que habían recargado la tarjeta previamente pudiesen recuperar su dinero en las mismas casetas de recarga. Aun así, la tarjeta mantuvo su sentido como pase de acceso al recinto, así como medio de pago para los conciertos del Auditori.
En lo que a directos se refiere, nosotros optamos por comenzar el día con Sufjan Stevens; casi ciento veinte minutos de espectáculo visual para la presentación de su disco The Age of Adz, en el que el artista se presentó luciendo un par de majestuosas alas blancas para ofrecer un directo repleto de nostalgia, ya que su memoria no ha olvidado su paso por este festival tres años atrás. Entre el repertorio ofrecido no faltaron “Imposible Sound“, “Seven Swams” o la genial “Two Much“. Pese a que las expectativas ante este directo rozaban el escepticismo, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que fue uno de los mejores directos ofrecidos durante el festival.
Un concierto menos masivo, pero repleto de vitalidad fue el ofrecido por Tennis sobre el escenario ATP. Música veraniega para un día en el que el cielo amenazaba lluvia, aunque finalmente se conformaría con dejar caer unas escasas gotas a modo de conformismo natural. Con el religioso respeto por los horarios establecidos por la organización, a las 21.15 Pere Ubu saltaba sobre el escenario Ray-Ban para ofrecernos su espectáculo Pere Ubu plays “The Annotated Modern Dance”. Un gran momento para disfrutar de esta leyenda viva del art-punk quien, no solo derrochó talento, simpatía y elegancia, sino que consiguió transformar la masificación de un gran emplazamiento en un garito repleto de humo. Porque la música de la formación encabezada por David Thomas, gracias a sus reminiscencias jazzísticas y a las dosis de salvajismo garage, logra alterar el sentido de la realidad hasta destruir las barreras de espacio tiempo… sobretodo las referentes al espacio. Por su parte, David ejerció de perfecto maestro de ceremonias, aderezando los espacios entre temas con su incansable verborrea y su cínico sentido del humor. Y para recuperar saliva, un traguito de vez en cuando a su petaca.
Sin duda, unos de los más esperados de la noche eran los integrantes de Belle And Sebastian. La gran afluencia de público a un pie de escenario tan concurrido que solo las pantallas de retrasmisión restaban como alternativas al visionado del directo, dejaron patente que los nombres de los cabezas de cartel siguen arrastrando a la masa. A pesar de ello, los de Glasgow están a años luz de su mejor momento, pero siguen conservando sus éxitos de antaño y el recuerdo de los noventa. Conocedores de ello, centraron su directo en una recopilación de sus grandes éxitos, encontrando sus mejores momentos en la interpretación de temas como “I want the world to stop” o “Legal Man“. A modo de agradecimiento al cariño recogido, los escoceses esbozaron alguna palabra en catalán que, como siempre en estos casos, lograron arrancar la consabida ovación de los asistentes.
Tras la calma, la tempestad: Explosions In The Sky. Puro subidón de adrenalina tras el sopor pop-soul que todavía estábamos digiriendo. Los de Texas se entregaron desde el minuto 0, mostrando evidentes signos de cansancio y sudor por parte de Chris Hrasky ya en el segundo tema. De los directos más sinceros de los disfrutados hasta el momento en el festival, pero también de los más comprometidos, pues no faltaron referencias de apoyo al campamento de los Indignats de Plaça Catalunya, quienes habían recibido una carga policial por parte de los Mossos d’Esquadra horas antes.
El broche de oro de la jornada llegó de la mano de Pulp, amos y señores del día y, quizá, del festival (con permiso de Pj Harvey). Si su despedida como formación acaeció en la edición 2002 de este festival, era de rigor que el mismo lugar sirviese de reencuentro para una formación por la que resulta inevitable que el paso de los años haya hecho mella en el aspecto físico pero que no ha erosionado sus tablas a la hora de ofrecer un buen directo. Un Jarvis Cocker desmelenado y con perilla también tuvo palabras de solidaridad para con los jóvenes de Plaça Catalunya dedicándoles, incluso, el tema más esperado del concierto: “Common People“. Pero no fue la única muestra de interactuación del intérprete sino que se sirvió de su ‘mass power’ para dar soporte a un joven del público en la solicitud de matrimonio a su pareja. Entre los temas ofrecidos, a parte del ya mencionado: “Sunrise“,”This is Hardcore“, “Babies“, “Razzmatazz“, “Pink Glove“, entre una melé más de éxitos antológicos.
Para finalizar la jornada nos decantamos por Battles, quienes estuvieron por encima de un nivel de corrección óptimo pero cuyo cartel disfrutado ese día relegaron su paso por el festival a un nivel de injusta presencia discreta.
Fotos: Señora Candy Killer
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