Gracias a la gente de Triple A Metal he podido tener acceso al último disco de Sauze, del que os hemos hablado por aquí en alguna ocasión. Y hoy me gustaría dejaros mis impresiones acerca del mismo.
Tengo que decir que, en conjunto, Sauze ha encontrado su momento. Con la inclusión de secuencias electrónicas en algunos temas como Ya da igual han llegado a un punto en el que se han consagrado como banda, con un sonido muy cohesionado y que se sale totalmente de toda propuesta que se haya escuchado en España.
Tengo que decir que el disco tiene cortes muy buenos como el primer tema, Si hoy brilla el sol, o el segundo, Ya da igual. Deja entrever también algunas influencias más evidentes de sonidos de blues en Tengo por hacer, con un sonido muy elegante, muy distintivo. Éste tema se sale totalmente del estilo del disco pero tampoco sobra; es decir, se deja escuchar y mucho.
Igualmente que también se dejan ver pinceladas de rock setentero y ochentero en otro tema como es Nada, que con un inicio a capella con varias pistas de voz me ha recordado a la técnica que usaba Freddie Mercury a la hora de componer las voces de los temas de Queen.
Eso sí, estoy comentando que hay influencias de otros estilos que Sauze no trató en su primer disco; aunque matizo algo: el sonido de Sauze, el sonido inconfundible de la banda, se mantiene en todo momento. Con un Toni Amboaje que hace contrastes casi imposibles con la voz. Con un Fernando Mon que adapta sus cuerdas al sonido, al matiz que cada canción tiene. Con un Alberto Ardines que, de igual manera, adapta sus pedales y baquetas a los ritmos que cada canción requiere (en ocasiones muy dispares entre sí), y con un Manuel Ramil que hace uno de los arreglos más interesantes que he escuchado en años (si dejamos aparte a Pepe Herrero, que es ‘de otro planeta’).
En definitiva, una adquisición bastante más que recomendable, con un libreto estéticamente bonito. La única pena es la imposibilidad de ver a Sauze en directo, al menos de momento. Espero que la banda se anime y encuentre a los componentes que ‘le faltan’ (básicamente una segunda guitarra y un bajo, para permitirle a Fernando Mon encargarse exclusivamente de la guitarra solista) para poder presentarse encima de un escenario.