Expectación máxima para algunos de nosotros ante el concierto madrileño de Sharon Van Etten (llenando en sus dos conciertos nacionales, Barcelona y Madrid), para escuchar la presentación en vivo de uno de los mejores, más apasionantes, descarnados y sobresalientes álbumes para la posteridad de 2014, que empieza a desgranar sus mejores listas en las cuales debería pegar la presencia a fuego del “Are we there“, el cuarto (y definitivo, por lo que significa en madurez y calidad) álbum de la cantante norteamericana.
Empezó un tanto perdida por falta de sonido en la voz, y parecía un tanto incómoda cuando empezaba a sonar “Afraid of nothing“, pero con ese pedazo de disco que tiene entre manos, presentarlo sólo hacía presagiar que el Teatro Lara iba a volar por los aires y evaporarse en el espacio ante un álbum que está a centésimas de milímetros de aparcarse en los mismos lugares de las obras maestras. Si con sólo 33 años y cuatro álbumes de estudio puede acompañar a Nick Cave en sus conciertos y colaborar con The National, podría codearse con PJ Harvey sin que se le moviera un centímetro su corto cabello. Porque canciones las tiene. Le quitamos el lado más áspero a la de Somerset y aquí descubrimos la cara oculta de la luna. Porque, además, la luz de las estrellas está de su lado.
Por eso, puede eliminar, en sus conciertos, temas como “Our love“, quizá para no aportar la nota electrónica a un repertorio de guitarras y voces. A pesar de ello, ofreció uno de los descartes de su último trabajo por (según ella), “ser demasiado alegre para un disco tan melancólico“.
En un saltarín español, nos dijo que adorada “la gente, la comida y el vino de España“, como excusa para cantar su homenaje a nuestro país: “Tarifa“.
Agradeció muchas veces lo bien que se encontraba, a los responsables del Teatro, a cada uno de los presentes el estar con ella compartiendo sus canciones y, aplaudiendo la primera, presentó con cariño a sus músicos. Toda una artista, educada, simpática y agradecida. Además de buena guitarrista y mejor cantante.
Cuando todo estaba calculado, sus compañeros salieron del escenario, para que Sharon Van Etten cantara sola el “Perfect day” de Lou Reed.
Ya no recuerdo el orden de las maravillas. No sé si antes fue “Break me” que la grandiosa “Every time the sun comes up“, “I love you but I’m lost“, o si antes de ellas dedicó una de sus canciones a su padre, además de varios temas de su álbum “Tramp“. ¡Qué más dará el orden si el conjunto fue admirable!.
Sólo recuerdo que cuando sonaron, de forma impecable, las notas de ese portento titulado “Your love is killing me” allí todos sufrimos una combustión instantánea y las astillas que sobraban volaron hacia el espacio exterior.
La elegancia hecha figura humana sobre unas tablas de madera. Y debajo los mortales. Derramando lágrimas de emoción cuando deletreábamos con ella eso de “you like it when I let you walk over me, you tell me that you like it, your love is killing me“.
Sólo nos queda decirte, Sharon, que vuelvas a vernos. Ya estamos esperándote. No tardes.
Texto: Ángel Del Olmo