Traer décadas pasadas de vuelta no siempre es efectivo, salvo contadas y gloriosas excepciones. Y si hablamos de bandas que triunfaron en algún momento de aquellos fructíferos, aunque algo sobrevalorados noventa, nos sentimos, cuanto menos, reticentes. En esta feliz ocasión, el talento, y gran parte de la frescura que aportaron los Spin Doctors a esa época parece casi intacta.
Ya no hay singles superventas, ni conciertos en estadios, ni grammys. No lo necesitan y se nota que no pretenden buscarlos. La imagen que dan es de una edad bien llevada, algo poco usual en esto de la música. Eso fue lo que se vio en el madrileño Teatro Lara cuando los neoyorkinos salieron a escena a ofrecer un viaje a la adolescencia de la mayoría de los presentes, que disfrutaron del regalo y ratificaron la letra del tango “veinte años no es nada”.
Spin Doctors aprovecharon la celebración del veinte aniversario de su disco debut para echar un vistazo al pasado y a sus grandes temas de su su indiscutible mejor disco, Pocket Full Of Kryptonite, y presentar su futuro en forma de temas de su nuevo trabajo If the river was whiskey.
Que el bajista sea zurdo y el guitarra diestro, confiere a la banda una simetría curiosa en el escenario. Algo que ocurría, salvando las distancias, a los de Liverpool. Aunque aquí no parece que haya dualidades creativas ni luchas de egos. Chris Barron, el vocalista, es el indiscutible “frontman” de la banda. De voz portentosa y divertido, regaló al público varios momentos de monologuista experimentado, como la lectura de una de sus poesías en un castellano aprendido en (y no es broma) la cofradía malagueña de la Hermandad de la Misericordia a la que pertenece.
Los neoyorkinos estrenarán este 2013 un disco de Blues, prueba irrefutable de que el éxito masivo no les importa en exceso. Se trata de una vuelta al estilo con el que se dieron a conocer en los garitos de su ciudad. Allí, como explicó Barron, les pedían versiones de Blues pero ellos les “colaban” a los dueños de las salas temas originales de la banda con toque añejo y vendidos con nombres de Bluesmen inventados como Jimmy Dixon o Junior Walker.
Pues a eso han regresado y en Madrid desgranaron algunos ejemplos, como el single que da título a su sexto trabajo. Y sí, los Doctors también saben hacer Blues, y bastante bien. Chris quiso confirmar si el público les daba el visto bueno o pensaba que estos nuevos temas era una “puta mierda”. Los aplausos corroboraron que la vuelta a las raíces de los Spin Doctors sigue encontrando el beneplácito de sus fieles pacientes.
Con “Shinbone Alley” llegó la sorpresa de la noche. La aparición del mítico Jerry González, trompetista de más que merecido prestigio que compartió tablas con Miles Davis, puso el momento jam session.
A punto estuvo de escapárseles la situación de las manos al extenderse más de lo esperado la improvisación. Resolvieron, como buenos ejecutantes que son, y nadie salió herido al final. Aaron Comess, a la batería, y Mark White, al bajo, tuvieron sus momentos solistas y demostraron que esta banda sabe tocar. También los tuvo Eric Schenkman, con su interpretación como vocalista en “Off my line” y con solos ensordecedores, marca de la casa. Sonido abrumador y demostración de que no es nada fácil ser el guitarrista de esta banda.
Por supuesto, no faltaron los himnos del grupo como “Two Princess“, “What time is it?” o “Little Miss can’t be wrong“. A destacar también una más que salientable versión de “Have you ever seen the rain”. Algunos nos preguntamos dónde estaba el gato de Cleopatra. Esperemos escucharlo en directo antes de otros veinte años.
E.P.I.
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