Artista: Spock’s Beard
Disco: X
Sello: Mascot Records.
Fecha de publicación: 10 mayo 2010
Más información: www.mascotrecords.com
Valoracion: 8,5/10
Listado de canciones:
1. Edge of the In-Between — 10:30
2. The Emperor”s Clothes — 6:01
3. Kamikaze — 4:15
4. From the Darkness — 16:53
5. The Quiet House — 9:13
6. Their Names Escape Me — 8:51
7. The Man Behind the Curtain — 7:44
8. Jaws of Heaven — 16:22
Hace tiempo que la experiencia Spock”s Beard se ha tornado como una apuesta segura con cada nueva aventura discográfica. Si en algún momento hubo alguna incertidumbre acerca del devenir musical del combo norteamericano con la marcha de Morse hace casi una década, esta se vio disipada con sus tres posteriores obras, Feel Euphoria, Octane y el magnífico Spock’ s Beard. Ahora regresan con una obra a la altura de sus mejores composiciones, demostrando que su creatividad está a salvo en las manos de un Nick D’Virgilio más que inspirado. X, décimo disco, supone un nuevo escalón hacia el cielo progresivo y sinfónico de Spock’s Beard, situándose al mismo nivel que otras grandes composiciones como V o Snow.
Hace unos años, podríamos hablar de una banda que había madurado, que había encontrado su estilo, o tantos otros clichés habitualmente empleados. Pero claro, ahora eso es algo fuera de lugar, es un punto que ya han superado. Simplemente son ellos, con sus características habituales, y otros nuevos y ricos matices compositivos que les hace sonar más frescos que nunca, aportando ese punto de originalidad a su música que les sitúa en la vanguardia progresiva mundial.
Todas y cada una de sus virtudes se explotan al máximo en X. Los teclados de Ryo, las guitarras de Alan, el acompañamiento imprescindible de Dave, coronado todo ello por la labor compositiva de Nick, son llevados al límite, sin pecar de excesos y siempre a su debido ritmo, al servicio de la canción y no del lucimiento personal que en otros tiempos supuso su particular pecado de juventud. Su compenetración a la hora de componer no admite demasiadas críticas, y ahí radica la clave de su crecimiento, pues cada uno de ellos aporta un estilo diferente y creativo, no siempre fácil de combinar.
Para esta obra, a la espera de encontrar la definitiva distribución a manos de Mascot Records, optaron por la “táctica Marillion“: financiar la grabación con la ayuda de los fans en forma de pedido anticipado del disco. Y han barrido, no sin los consabidos problemas a la hora de producir y mezclar el disco, e incluso al imprimir las copias del mismo (de hecho una importante tirada ha salido defectuosa y se encuentran ahora mismo subsanando las deficiencias). Como recompensa, amén del disco, todo aquel que ha colaborado con la banda recibe productos de merchandising, y quizá lo más destacable para todo diehard fan: su nombre en los créditos del disco y en la letra de una de las canciones.
Como apertura, “Edge Of The In-Between” es demoledora. Enérgica, con mucho ritmo y lo suficientemente comercial como para que su pegadizo estribillo te capture de forma inmediata. No quiero con esto decir que sea un tema sencillo, pues los cambios de estructura se suceden continuamente alternando partes dinámicas con otras más oscuras, pero sorprende sobre todo el tratamiento vocal de Nick junto a unos coros apoyados sobre los colchones electrónicos de Ryo Okumoto. Enlazada, “The Emperor”s Clothes” rompe con una intro minimalista, acústica en mano, para ir introduciendo secciones de viento in crescendo, muy pomposas, que dan paso a Nick en un plano vocal de nuevo innovador, pese a la sencilla estructura del estribillo, compensada con una parte central instrumental sencillamente brillante.
“Kamikaze” destapa la mente creativa de Ryo, dando rienda suelta a sus teclados y sintetizadores, acercándolo a sus influencias setenteras a base de sonido Hammond, que junto a los medidos riffs de Alan hacen de este tema instrumental uno de los mejores cortes de X. “From The Darkness” es la primera gran pieza del disco, dividida a su vez en cuatro secciones de lo más variado, con ese comienzo a ritmo funk y rockero, y en la que encontraremos todos los elementos característicos del universo Beard. Solos medidos y contundentes de todos los músicos, partes sinfónicas, otras más pop… hasta la psicodelia tiene cabida en un tema perfectamente hilvanado en su conjunto.
“The Quiet House” ahonda en el plano más duro de la banda, con una base rítmica contundente y marcada, pero sin olvidarse de la melodía, guiada de nuevo por los teclados clásicos de Ryo y una intervención rockera de Alan de esas que te hacen coger el imaginario instrumento y puntear emocionado al aire acompañando a sus solos.
“Their Names Scapes Me” es el tema en el que homenajean y agradecen a sus fans la ayuda prestada para la grabación de este álbum. Se trata de una canción típica de los norteamericanos, con su entrada instrumental y un par de estrofas bastante interesantes, con la base rítmica dominando, que da paso al homenaje cantando todos los nombres de los que pagaron por adelantado (ni más ni menos que 130 personas), pero que sorprendentemente no desentona con el ritmo instrumental que lo acompaña gracias a su estructura de sucesivas capas vocales. Hasta de un experimento como este salen airosos.
“The Man Behind The Curtain” es quizá el tema más reconocible y achacable al estilo del grupo (en estructura, que no en ejecución), aunque algo acelerado y festivo. Neo-progresivo clásico, con una melodía cíclica a lo largo de toda la canción, sobre la que cada instrumento va dibujando sus respectivas líneas (tanto individual como conjuntamente), y un juego vocal nuevamente muy original, que se cierra en formato acústico. Como tremendísimo final, nos encontramos con la segunda gran pieza del disco, “Jaws of Heaven”, también dividida en cuatro secciones, durante las cuales disfrutamos de los Spock’s Beard más creativos y espléndidos que pueda imaginarme. Destinada a ser uno de los grandes del repertorio en directo, “Jaws Of Heaven” hace gala de emotividad (ojo a los solos de Alan), dinamismo (que manera de atacar el bajo la de Dave) y -otra vez- un grandísimo Nick en sus partes vocales. Todo el universo progresivo se ve aquí reflejado de una manera u otra: desde el sinfonismo de Genesis, al folclore de Kansas, pasando por las melodías intrincadas de ELP, sin olvidarse de las corrientes más actuales de sus “hermanos europeos”, en la onda Flower Kings. Todo es válido y digno de fusionarse entre si, con la virtud adicional de adaptarlo al mismo tiempo a su sonido clásico, utilizando para ello la versatilidad teclista de Ryo, quien se desvela -¡por fin!- como pieza indispensable de la banda.
En definitiva, lo mejor de Spock’s Beard en años, posiblemente de lo mejorcito de 2010, y si no me equivoco, uno de los discos que en el futuro coparán las referencias del progresivo contemporáneo, junto a otros genios como Transatlantic, Pendragon o RPWL. Ahí es nada.
Más información: Página oficial de Spock’s Beard
Valoración: 8,5
Javier Moreno Vega www.portalesquizofrenia.com
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