Probablemente la mejor banda inglesa de los últimos diez años. La única capaz de huir de la tendencia impuesta por The Killers y similares y seguir haciendo buenos discos aptos para todos los públicos. Este tema fue uno de los singles del álbum Silence Is Easy, de 2003, donde ya comenzaron a mostrar pequeños detalles experimentales y soul a una escena que no siempre acepta de buen grado demasiadas complicaciones. En esta canción demuestran como ni siquiera la lujosa y engolada producción de John Leckie (Stone Roses, Radiohead, etc.) y Phil Spector (The Beatles, Ramones y mil más) consigue restarles un ápice de personalidad y fuerza.
Texto: Juan Manuel Vilches