Queen Between es el sexto álbum, después del magnífico Vel, de esta cantante inglesa de ascendencia india que en los últimos diez años ya ha recogido un buen número de premios, pero sobre todo es conocida por sus directos, de los que se cuentan maravillas. La carrera de la señorita Raman sigue indefectiblemente ligada a Sam Mills, compositor, productor y guitarrista que lleva más de treinta años como músico y productor en diferentes bandas y sellos.
Para quienes hayan estudiado o tengan ciertas nociones de antropología les resultará curioso —además de atractivo- que para gran parte del álbum Raman y Mills se han basado en muchas de las cosas que James George Frazer cuenta en su obra más conocida: La rama dorada. De aquel estudio de mitología y religión comparada, aunque ya obsoleto en muchos aspectos (fue editado en 1890), sacan por ejemplo las ideas para temas como Corn Maiden, que trata sobre ciertas prácticas agrícolas y rituales, o Taboo, una de los cortes más impresionantes.
Raman y Mills se hacen acompañar de la banda Rizwan-Muazzam Qawwali, que aporta el trasfondo sufí en temas como Sharabi o Sajana. En Corn Maiden y Riverside destaca el uso del morsing o morchang, un instrumento típico del noroeste de la India y Pakistán. El desgarro con el que la señorita canta en North Star o Queen Between, las más occidentalizadas, no es una novedad para cualquiera que haya escuchad sus trabajos anteriores.
En esto de las músicas tradicionales es fácil encontrar bandas que desde el principio se venden como tales, pero apenas tienen más que un leve maquillaje de folklore apto para todos los públicos, o quienes acaban cediendo a los patrones occidentales en cuanto algo de fama empieza a asomarse a su ventana. Por eso, los discos de Susheela Raman son aún más valiosos. Porque después de seis trabajos en los que su intensidad y calidad ha ido en ascenso, no ha retrocedido un ápice en su propuesta.
Texto: Juan Manuel Vilches