Hubo una vez un hombre que, asomado al precipicio de un mundo asolado por guerras, enfermedades y renunciando al amor, estuvo 78 años deshojando el evangelio de sus testimonios mundanos. Con una insondable voz que parecía llegar entre el límite del cielo y la tierra y empequeñecidos sus ojos a causa del cansancio sufrido y […]