TAJUÑA ROCK — “Morata De Tajuña — 11-09-2009” — Grande entre los grandes

 

 

 

 

Lo que da nombre a un festival es, además de los grupos convocados y de las personas encargadas de su organización, el público asistente. La VI edición del Festival “Tajuña Rock” convocó en el madrileño pueblo de Morata de Tajuña a más de dos mil personas ávidas de rock n´roll del bueno, en busca de las buenas maneras de un heavy rock escrito con mayúsculas. Los que como yo asistimos al evento con varias horas de antelación pudimos respirar el ambiente de un pueblo en fiestas, sintiendo el espíritu fraternal de una gente que derrocha ganas de vivir y de pasarlo bien. Y todos bajo el denominador común del rock n´roll. A las nueve y media abrieron el festival los mallorquines Taifa — “hay alguien ahí“, nos gritaba su cantante Luis Massot -, grupo que destapa con talento y buen gusto el tarro de la esencia de un flamenco rock que ya hizo célebres a bandas como Alameda, Triana o Medina Azahara. Después de dos discos en su haber “Más Allá Del Sur“, 1999, y “Alhambra“, 2008, este último autoproducido, los mallorquines nos deleitaron con sus buenas maneras encima del escenario.

 

 

La seña de identidad de este grupo que aúna razas, culturas y estilos musicales son sus canciones: “El Color De La Libertad“, “Las Torres De Babel“, la “balada” “La Casa Del Olvido“, “Fe“, la preciosa y preciosista “Alhambra“, una bulería “a capella” con la que hicieron aflorar las raíces andaluces de los allí presentes, “Amanece” y “Nada Que Perder“, que introdujeron con un sampler muy apropiado de guitarra española, nos hicieron bailar y disfrutar a los presentes. Canciones todas ellas que seguro les abrirán la puerta grande del tan dilatado panorama musical del rock español y en español.

 

 

 

Después de cuarenta y cinco minutos Taifa terminaron su actuación con una delicatessen de versión del tema de Triana, “Abre La Puerta“. Los chicos de Taifa, – o lo que es lo mismo Luis Massot, voz y bajo, Martí Riera, guitarra y Antonio Medina, batería -, muy participativos, más ilusionados y sobre todo super profesionales, nos dejaron con su actuación un buen sabor de boca y mejor de oído. No les pierdan de vista porque darán mucho que hablar.

 

 

Estaba ansioso por ver la actuación de Topo después de la última vez que les vi en directo hace ya la friolera de 15 años. Y los madrileños no me defraudaron. Es más, la calidad instrumental de su guitarrista Luis Cruz hace que Topo gane musicalmente en sonido y modernidad. A las diez y veinte empezaban su actuación unos esperadísimos Lele Laina, guitarra y voz, Jose Luis Jiménez, bajo y voz, Luis Cruz, guitarra y Miguel BullidoBulli“, batería, con el omnipresente himno “Cantante Urbano” de su disco de culto titulado “Marea Negra“, 1982, y al que seguirían joyas musicales como “Ciudad De Músicos“, de su disco homónimo, “Autorretrato“, “Topo“, 1979 o “El Blues Del Dandy“. Nos refrescaron la memoria de su época como integrantes del grupo Asfalto con canciones tan preciosas como la cosmopolita Ser Urbano“, la nostálgica “Rocinante” o el himno seña de identidad de toda una generación, “Días De Escuela“, canción con la que abrieron los bises. También se dieron cita “Vallekas 1996, “Quijote Eléctrico” y “El Palacio Del Terror“, ambas rescatadas del disco de AsfaltoEl Planeta De Los Locos“, 1994, “Todos A Bordo“, una arreglada versión de “Colores“, y la reflexiva y siempre actual “Los Chicos Están Mal“, tema que enlazaron perfectamente con “Marea Negra” y que sirvió para que Jose Luis nos demostrara su maestría y buen hacer con las cuatro cuerdas y para que nos presentara al resto de la banda. Solucionados los problemas de sonido con el micrófono de Lele, en la actuación de Topo hubo de todo: buenísimas canciones, un maravilloso “feeling” entre el grupo y el público asistente, solos de guitarra espectaculares y un necesario y vital regreso a la etapa más hermosa de nuestras vidas: la de nuestra juventud. Hay que reconocer que muchos de los allí presentes somos como somos debido en parte a las canciones de Topo, que nos formaron como personas dirigiendo nuestra personalidad por el camino de la conciencia con nuestros semejantes y con el mundo.

  

 

 Después de una hora y veinte minutos Topo dieron por finalizada su actuación como empezaron, con un himno, el omnipresente “Dónde Estarán Mis Amigos“, canción que con acierto Miguel Ríos incluyó en su disco en directo “Rock N´ Ríos“. Una actuación memorable que rescató a Topo del blanco y negro de la memoria de muchos de nosotros pintándolos del color del buen gusto que da saber combinar pasado y presente, de saber vender como nuevo lo que lleva funcionando tantos años. Me parece un craso error por parte de la organización no haberles colocado como cabeza de cartel. Os deseo mucha suerte, Amigos.

 

    

Las bandas tributo son solo eso, bandas que calcan al milímetro las poses, el atrezzo, los tics y por supuesto la música del grupo al que homenajean. Trasladan al presente y hacen recordar y disfrutar a los miles de seguidores que en su día no pudieron ver a sus ídolos con la música de éstos. Este es el caso de Letz Zep. Los británicos, como ya supondrán todos ustedes, rinden merecido tributo a los míticos Led Zeppelin, banda que la inmensa mayoría, por no decir todos los que estábamos allí, no tuvimos ni el gusto ni la oportunidad de ver nunca en directo. A las doce y diez empezaron a sonar los primeros acordes de la preciosa y atronadora “Rock And Roll“, un tema electrizante, lleno de adrenalina, que nos trasladó a todos en el tiempo a los años 70 y en el espacio al Madison Square Garden, dándonos su palabra de convertir aquella actuación en un concierto memorable. Pero no la cumplió. Luego llegarían “Since I´ve Loving You“, con un precioso diálogo entre la guitarra de Chris Cawte y la voz de Billy Kulke, “Moby Dick” o “Nobody´s Fault But Mine“, en la que el cantante aprovechó para presentarnos a la banda.

  

 

Destacar la labor oscura pero efectiva de Simon Jeffrey a la batería, quien representó a la perfección el papel del fallecido John Bonham, aporreando con fuerza, ganas, estilo y técnica. Magistral el solo que se marcó y que enlazaría con una animadísima “Whole Lotta Love“. Los demás componentes, Steve Turner, reclamo de John Paul Jones, pasó casi desapercibido, logrando algo de protagonismo con el teclado en varios temas, Chris Cawte destapó en contadas ocasiones la genialidad instrumental de Jimmy Page y Billy Kulke, plagió a la perfección el estilo que no la fuerza vocal de Robert Plant. El repertorio, a excepción de algunos temas que no tocaron y que hubieran animado a los asistentes, fue acertado aunque en mi modesta opinión mal ordenado ya que el grupo ralentizó demasiado pronto el tempo de un concierto tan prometedor como esperado. El clímax se alcanzó al final con una coreadísima y emotiva “Stairway To Heaven” que sirvió para que, a eso de las dos menos veinte, Billy Kulke y compañía dieran por finalizada su actuación. 

 

 

La última vez que vi a Obús en directo fue en el 2005 en el Pabellón Multiusos La Cubierta de Leganés, compartiendo cartel con Barricada, Boikot y Sociedad Alkohólica, entre otros. En aquella ocasión me causaron una muy mala impresión. Porque por aquel entonces, y con la formación de gala — Fortu, a la voz, Paco, a las guitarras, Juan Luis al bajo y Fernando a la batería — se dedicaron a recrearse en el escenario más que a tocar. A las dos y diez de la mañana unos renovadísimos Obús, – los ya citados Fortu y Paco, además de Pepe Bao al bajo y Carlos a la batería — cerraban un festival muy bien organizado pero que incomprensiblemente los servía como postre y plato fuerte del mismo. Empezaron muy bien, animando a una plaza de Morata de Tajuña rebosante de gente, descargando dos clásicos del grupo, “Necesito Más” y “La Raya” y a los que siguieron “Más Que Un Dios” y “Autopista“, tema que vino a corroborar una vez más las buenas maneras vocales de Fortu, quien conserva perfectamente su inmensa potencia vocal. “Pesadilla Nuclear“, “El Que Más“, “Juego Sucio“, la preciosa “Te Visitará La Muerte“, tema del disco homónimo y “Solo Lo Hago En Mi Moto“, demostraron las buenas maneras del grupo en el escenario con un pletórico Pepe Bao y un inmenso Paco Laguna. “Que Te Jodan“, de su disco “Desde El Fondo Del Abismo“, 2000, “Dinero, Dinero“, tema que tiene pinceladas del clásico de Ted Nugent Land Of A Thousand Dances” y “Vamos Muy Bien“, himno generacional donde los haya, dieron por concluida una primera parte de un concierto magistral, en la que los músicos se dedicaron a tocar, que es lo que mejor saben hacer. Que Fortu lleva la música en la sangre eso se nota nada más verlo. Siente el concierto como si fuera el último de su vida y según nos demostró, le queda mucho carrete todavía.

 

 

La segunda parte del concierto, a excepción del tema “Va A Estallar El Obús“, otro de los hits de la banda, es para olvidar. Media hora de presentaciones innecesarias, idas y venidas al escenario, brindis botella de whisky en mano (o lo que sea que beban), paranoias de Fortu, un solo de batería tan técnico como aburrido y juegos malabares y circenses que convierten a los músicos en payasos. De toda esta parafernalia disfruté con el apoteósico solo de bajo de Bao y la invitación, por parte del grupo, a que la gente subiera al escenario para acompañarles a cantar la canción “Esta Ronda La Paga Obús“, “Segundos Fuera“, 2003, tema con el que dieron por finalizada su actuación. Un espectáculo lamentable para todos aquellos que como un servidor asistimos a los conciertos para escuchar y disfrutar con la música y a los que no se nos puede engañar haciéndonos cómplices y testigos de un “teatrillo” que no aporta nada y que rellena y aburre más que otra cosa. Es la única mancha de hasta entonces una inmaculada actuación y por la cual Obús no cortaron ni las dos orejas ni salieron a hombros por la puerta grande de la plaza de Morata de Tajuña como sí que lo hicieron Taifa y Topo. 

  

 

A las cuatro menos cuarto de la mañana y después de algo más de hora y media de actuación en la que Obús demostró genio y figura, se dio por finalizado un festival en el que lo más importante, como dije al principio, somos las personas que asistimos al mismo. Allí nos citamos gente de todas las edades, razas, condiciones sociales, sexo y religión para apoyar un festival que con el tiempo promete ser un grande entre los grandes. Desde aquí trasmitir mi más sincera enhorabuena a la organización, a los grupos participantes y al público asistente. Sobre todo al público asistente. Chapeau.

 

                                                                                   Texto y Fotos: AMADO STORNI 

 

 

 

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