Foto: The Antlers, de izquierda a derecha Lerner, Silberman y Cicci
En su concierto en la sala Caracol The Antlers se presentó en formato de trío, Silberman liderando el combo (voz y guitarra), Darby Cicci (teclados) y Michael Lerner (batería). Sus canciones llegan, transmiten pero el concierto fue un pequeño despropósito. Primero el ambiente no acompañaba, la mitad de audiencia estaba entregada pero la otra mitad parecía haber venido a pasar el rato o a ver a los teloneros La Debil (que me perdí, excuso decir), y no se creó el ambiente propicio para una noche de contubernio y química. Luego el fallo en un monitor suspendió por un rato el concierto, algo más de un cuarto de hora, el concierto, y quebró el ritmo. Y después el trío no ordenó bien un repertorio que podría haber venido de menos a más y haber jugado con cambios de ritmos, evoluciones, subidones. No, el concierto pareció ser una especie de salto a trompicones, un quiero y no puedo. Un tema con mayor intensidad daba paso a un tema de bajón profundo, todo un tanto a destiempo. Faltó coherencia y la actitud para embaucar la atmósfera. Ni tan siquiera ‘Bear’, ‘Sylvia’ o ‘Two’, varios de sus ases en la manga, consiguieron reflotar de todo el concierto. Una pena porque todo prometía y parecía que la conspiración estaba de parte de The Antlers, pero las hormigas se escaparon del hormiguero.
Texto: Andrés Castaño