Entre la cantidad de bandas surgidas en los últimos años que se dedican a revisar el rock setentero con más o menos fortuna, estos británicos son de los pocos a los que desde sus comienzos les ha sonreído la suerte. Su primer trabajo homónimo ya tuvo una gran repercusión y un magnífico recibimiento por parte de crítica y público, pero los siguientes tampoco han se han quedado atrás.
Control es su nuevo trabajo, aunque entre disco y disco no han dejado de editar EP’s y directos, y la primera novedad es que es un trabajo grabado prácticamente en directo, sin apenas inclusión posterior de efectos, por lo que el resultado global es mucho más directo y compacto que en ocasiones anteriores. Menos compacto les ha quedado quizá a nivel compositivo porque, aunque destacan temas como Repeat, Eject, Skip o Play, el conjunto carece de ese algo necesario para escucharlo completo más de cinco o seis veces. Lo tiene todo: tres buenos músicos y un sonido apabullante, pero esta vez les ha faltado algo de inspiración. Eso sí, la idea de los títulos de las canciones y el título del álbum es muy ingeniosa.
Control supone la constatación del pequeño cambio de rumbo que dieron en The Third Floor, cuando se dejaron traslucir otras influencias más actuales que las de sus inicios. Ahora la banda, a pesar de mantener muchos de sus riffs característicos, suena en ocasiones más cercana a Pearl Jam que a Led Zeppelin, aunque se mantienen en la línea de lo que han hecho Wolfmother en los últimos años, con lo bueno y lo malo de la comparación.
Texto: Juan Manuel Vilches
The Brew — Control (2014)2 thoughts on “”