The Dictators + Bonzos – Sala Copérnico, Madrid – 29/9/2023

The Dictators lo volvieron a hacer. Llevamos casi quince años en la que las noticias dictatoriales suelen contener más peleas legales que música. En la última década los Dictators que nos visitaron -con bendita frecuencia- tenían como únicos miembros originales al cantante Handsome Dick Manitoba y al guitarrista Ross The Boss. Tras un cambio de nombre -añadieron “NYC”- y varios litigios más, esa formación se acabó y en 2022 se anunció la nueva llegada de la banda con formación renovada: Continúa Ross y “vuelve” Andy Shernoff al bajo, compositor de casi todos los temas y también -importante esto- el nombre bajo el que está registrado la marca Dictators. Sus nuevos acompañantes son Keith Roth a la voz y guitarra rítmica y Albert Bouchard a la batería.

“Are you ready to rock?” preguntas retóricas antes de un inicio flojo -las cosas como son- con ‘New York, New York’. Afortunadamente el sonido se arregló, la banda se centró y en el siguiente tema ‘Avenue A’ ya encarrilaron -pogo mediante- una actuación a la altura de su leyenda. Se nota desde el principio que ahora el líder sobre el escenario es Ross The Boss, con sus gestos y guiños a un público que le adora.

Andy Shernoff es uno de los compositores punk más certeros, de su mano han salido maravillas como ‘The Minnesota Strip’, que en directo tiene algo de magia y se debería enseñar en primero de rock and roll. De sus nuevos temas nos fascinó desde el principio ‘Let’s Get The Band Back Together’, un corte que canta el propio Andy y que no desentonaría en el D.F.F.D. de 2001. Pasan los años y el Tony Iommi del punk sigue facturando riffs que no se nos van de la cabeza.

‘The Next Big Thing’ es su eterna profecía incumplida. Se berrea con el puño en alto, se disfruta el cencerro y se saborea incluso con la pulcritud del cantante actual, sin un ápice de peligrosidad. Hablando de grandes plumas neoyorkinas, ‘What Goes On’ de la Velvet Underground es gran tema, claro que sí, pero aunque le metan intensidad de guitarras no se logró una versión que cumpla los estándares de calidad del resto de repertorio del concierto. Otro tema que quitaríamos del setlist es ‘Pussy and Money’, sin la paródica chulería del siglo pasado de Manitoba, con sus guiños a las chicas y sus cadenas de oro, no tiene sentido alguno.

Los nuevos componentes cumplen: Roth canta, cosa que Manitoba cada vez hacía menos, pero no tiene el rotundo carisma de su antecesor. Su voz rasposa y su enorme boca a lo Steven Tyler estarán en el próximo disco de la banda. Bouchard es el batería original de Blue Öyster Cult y aprovechan para hacer bromas sobre el uso del cowbell y tocar ‘Dominance and Submission’ (canción de la que salió el título del legendario Radios Appear de Radio Birdman).

‘Faster and Louder’ es, valga el tópico, toda una declaración de intenciones. La esencia del sonido Dictator está en Ross The Boss. Cada arranque de su gibson es fuego: en sus prístinos riffs, en sus acompañamientos a la voz y en unos solazos con clase que enardecen al respetable. Buscamos enardecer en el diccionario y nos sale ‘Who Will Save Rock and Roll?’ Himno de himnos, aquí uno pierde la voz para varios dias, pero vivir intensamente compensa todo esfuerzo y casi todo sacrificio. ‘Stay With Me’ prosigue la leyenda, una tema con el que cerraba cada noche el Ágapo y que cierra el set de los norteamericanos antes de un bis con un aperitivo del próximo disco ‘Thank You And Have A Nice Day’ y la punk ‘Two Tub Man’, con su final alargado para mayor gloria de Ross The Boss. 70 minutos donde volvimos a creer en el rock and roll.

El trío Bonzos abrieron la noche. Ramonianos desde el nombre, la intro es su propia versión de ‘Hawaii 5-O’ y su escudo contiene un dragón y las palabras “punk rock Bilbao”. No se puede decir más en menos. Con actitud y cultura punk fueron encadenando canciones con estribillos tipo “i wanna” o “i don’t”, como los de Queens. “Somos el problema vasco, somos los Bonzos” se presentan, medio segundo de respiro y arrancan ‘Too Many Kisses’. Su sonido es pop punk, tenacidad instrumental junto a melodías muy coreables, con acertados añadidos de parapapas y demás ganchos infalibles a tres voces.

“Quedan unas pocas copias en vinilo de ‘341 Broome St’, que es donde vivíamos en Nueva York hace más de 25 años.” El cantante comenta que han sacado exactamente 341 copias y de ese debut suenan, espléndidas, ‘I Want You Back’ o ‘Bonzo Girl’, un auténtico temazo para añadir en todas las listas de loas a chicas punk rockers. ¡Viva Sheena!. “Comprad vinilos que algún día os quitarán el spotify, como os quitaron el myspace, y lloraréis”. Sabiduría punk.

En cada inicio de canción el bajista, con su instrumento lo más rodillero posible y pelo casco, vocea el conteo de entrada y continúa la cátedra punkrocker. La única canción en castellano -‘Cementerio indio’- tiene un extra de emotividad. “Viví 18 años en Madrid y tengo muchos amigos aquí. Gracias por su energía, su generosidad y como me acogieron. Nos hace mucha ilusión tocar esta canción aquí”. Aunque su actuación apenas fue de 45 minutos, aún quedó tiempo para poner a los melómanos la piel de gallina con la intro de ‘Surrender’ en el mítico At Budokan de Cheap Trick o para rematar con más efervescencia poppunk. Menudo bolaco, necesitamos una camiseta con el logo Bonzo para lucirla como si la hubiera diseñado Arturo Vega.

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