The Dillinger Escape Plan, Cancer Bats y The Ocean, compitieron en actitud y ponerle “bemoles” al asunto durante su presentación en Barcelona, en lo que resultó uno de los conciertos más frenéticos y desquiciantes que se han visto en la capital catalana durante los últimos tiempos.
THE OCEAN
Antes del horario previsto, los germanos The Ocean comenzaron su actuación con el estigma de haber sido atracados el día anterior en un área de servicio en las cercanías de Madrid, tal como indicó con rabia contenida y en un más que aceptable castellano, el guitarrista Robin Staps, en un momento del concierto.
A pesar de los problemas extramusicales, su actuación estuvo impregnada de una impactante fuerza vital rodeada de una aureola de dramatismo atmosférico, como se corresponde a los esquemas presentes en todas sus composiciones, donde se alternan los arrebatos rítmicos con interludios ambientales de lenta constitución. La desgarrada voz de Loïc Rossetti y los espasmos corporales de sus colegas, sobre todo del guitarrista Jonathan Nido, marcaron una actuación dominada por los temas de su último disco Heliocentric, entre ellos “Firmament” y “Swallowed By The Earth”, si mis oídos no me traicionaron. Y es que, The Ocean, acometieron su actuación como si fuera la última de su vida, algo que es de agradecer a un grupo encargado de abrir “hostilidades”.
Después de algo más de media hora de intensa actuación se despidieron abandonando uno a uno el escenario, primero el vocalista y luego los guitarristas, dejando sus instrumentos en escena, para quedarse tocando los últimos bajista y batería.
CANCER BATS
Si The Ocean habían sentado las bases de una noche memorable con su positiva predisposición, los canadienses Cancer Bats no fueron menos en su presentación, dominada mayormente por los temas de su excelente último álbum, Bears, Mayors, Scraps & Bones, del que comenzaron ofrediendo “We Are The Undead” y “Trust No One”, para pasar, acto seguido, al otro disco con mayor representación Hail Destroyer, arremetiendo con “Pray For Darkness” y “Lucifer’s Rocking Chair”.
En este punto, el público ya daba muestras de un contagioso entusiasmo provocado por la furibunda entrega que los músicos mostraban sobre las tablas. Nuevas dosis de los álbumes mencionados y una sola concesión al disco Birthhing The Giant, “Pneumonia Hawk”, aumentaron el júbilo de los asistentes ante unos Cancer Bats demoledores que terminaron su actuación convenciendo de su potencial con “Hail Destroyer”.
THE DILLINGER ESCAPE PLAN
Si los presentes en el recinto pensábamos que el concierto estaba siendo de lo más competente y entretenido, aún nos faltaba la “explosión” definitiva que iban a aportar a continuación los “incendiarios” The Dillinger Escape Plan. Aquello, de repente y, literalmente, se convirtió en “Troya”
Su devastadora puesta en escena comenzó nada más empezar los primeros compases de “Farewell, Mona Lisa”. Ben Weinman fue el primero en lanzarse al público; le siguió Greg Puciato en la segunda canción, “Fix Your Face”, saltando a la zona de fotógrafos para escupir sílabas en pleno rostro de los fans de primera fila en un cara cara total.
El ambiente se caldeaba por momentos, la temperatura subía mientras descargaban compulsivamente otros temas de Option Paralysis, su último disco, combinándolos con el anterior, Ire Works. Ambas grabaciones acapararon la mayor parte del concierto.
“Widower”, calma a las fieras durante un tiempo, Ben, despojado ya de su camiseta de Pyromania de Deff Leppard, se hace cargo de los teclados mientras un “pipa” le sustituye a las guitarras. Tiempo de relax, de coqueteos con el jazz, antes de que vuelva la tormenta. En algún momento perdido en la historia del concierto Weinman, ha subido por el entramado del escenario y se ha colgado de una barra de la que se ha soltado después de emular a los trapecistas del circo. El show debe continuar…
Llega el “despelote” total, la sala entra en ebullición, suena “Sunshine The Werewolf” y Puciato decide una nueva incursión hacia el público agarrado el pie de micro… peligran las cabezas de los seguidores… Una chica de mi lado, deja su aventajada posición en primera fila y se abre paso en busca del cantante; el concierto continua, Greg se sumerge entre el público y vuelve a reflotar, finalmente regresa al escenario. La chica también retoma su posición y una colega que le ha guardado el sitio le pregunta, “le has tocado” y responde… “siiiiii”… “el paquete; que grande lo tenía”…
Llegan los instantes finales, suenan “Mouth Of Ghosts”, “Panasonic Youth” y “43% Burnt”… Puciato se desgañita, Jeff se sube a los altavoces sin parar de tocar la guitarra… en el otro extremo Ben, subido también en el altavoz, golpea otro de al lado que se derrumba… esquizofrenia pura. Un auténtico baño de actitud y “pelotas” que ha comenzado con The Ocean, continuado con Cancer Bats y terminado con unos The Dillinger Escape Plan, pletóricos y avasalladores, poniendo a prueba sus facultades físicas y las del público.
Una experiencia perturbadora para los sentidos, no sé si para repetir pero… seguro que para no olvidar y para vivirla por lo menos una vez en la vida.
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