1991. Mal año para sacar disco, cuando acababa de salir Nevermind dispuesto a comerse el mundo, llevar consigo a los amiguetes y pasar por encima de todo aquello que no oliera a grunge y a camisas de cuadros. The Four Horsemen no llegaron en el momento adecuado y tan sólo The Black Crowes se libraron para quedarse como única banda que recuperaba en plenos 90 lo mejor del rock setentero. Pero no fueron los únicos.
Texto: Juan Manuel Vilches