Grupo: The Hidden Cameras
Título: Origin: Orphan
Discográfica: Arts & Crafts
Fecha publicación: 22 Setiembre, 2009
En el último trabajo de The Hidden Cameras, “Origin: Orphan“, se encuentran las señas de identidad de lo mejor y más característico de aquellos firmantes de esa maravilla que dieron en llamar en el año 2003 “The smell of our own“, disco que contenía, sin lugar a dudas, tres o cuatro de las mejores canciones pop de los últimos años (con permiso de The ladybug transistor, por poner un ejemplo no demasiado lejano).
Si abren la escena con la progresión sonora de “Ratify the new“, por algún lado tenían que explotar; y lo hacen reflejando sus colores a través de esos rayos de luz que refractan lo indisimulado de sus letras. Destellos de felicidad a través de ese “In the NA“, otra de sus mejores canciones, una explosión de júbilo que no deja posibilidad escondida para pensar en la mejor forma del grupo. Eso es lo que ha hecho de The hidden cameras un equipo que puede jugar en la misma liga del pop tan contundente como luminoso, pegadizo y nada huidizo de los sonidos que hacen de sus estribillos algo tremendamente infeccioso y divertidísimo. Han cogido las pesas y suben y bajan kilos y kilos de fulgor, con la sonrisa puesta en letras explícitas, adornadas con arreglos donde la sencillez no se riñe con la dulce voz de Joel Gibb, su alma mater. El lado oblicuo lo dejan a la ampulosidad orquestal de, por ejemplo, la canción que da título al disco.
Por otro lado, el reverso, la contención mágica que dio esplendor a sus anteriores discos (“A miracle” ó “Boys of melody“), está aquí con las formas básicas de guitarra y voz en “Colour of a man“, para que cada cual sintonice a su gusto con lo mejor que ha hecho el grupo de sus tres últimos álbumes. Para rarezas, ese medio tiempo que no es ni cara ni cruz, démosle varias escuchas para “Walk on“, donde disimulan sus mejores hazañas en un estribillo igual de enternecedor. Por esta misma línea, que a muchos les hace arrimarse a Belle and Sebastian (no nos engañemos, los canadienses tienen igual o mejores canciones que muchas de los escoceses), pueden dar lo mejor de sí, estirando los ritmos y las voces, jugando a ser malos con ironía y con el lado más naif de los coros: “Underage” suma condicionales a aquellos desertores de sus dos últimos discos, al igual que el circo de instrumentos de viento y voces roncas de “The little bit“.
The hidden cameras están en buena forma y aquí tenéis una buena muestra de ello. Tiran la moneda y caiga como caiga siguen ganando. Y nosotros con ellos.
Texto: Ángel Del Olmo
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